Primero tuvimos al Renault 5 recargado como un eléctrico “neo-retro” y ahora llega su versión Turbo más potente. Hora de exclamar “sacrebleu” incluso si no le gusta el futuro electrificado, porque Renault nos revela un juguete de serie limitada llamado 3E, así para celebrar que el R5 está de regreso y que, en vez de hacer un restomod, pueden reinterpretar al Turbo de una manera distinta.
Y esa es la palabra oficial: reinterpretación. Sí, tiene un motor eléctrico (dos, de hecho) pero el Renault 5 Turbo 3E es más bien una continuación que un auto sacrílego. Toma toda la locura que hacía genial al original diseñado por Marcello Gandini, la expande al siglo XXI y le coloca un propulsor acorde a los tiempos. Definitivamente es un auto tributo moderno para un público muy selecto que, por alguna razón, no quiere un R5 original.

Petit monstre recargado
Lo que aquí presencia es una evolución del concepto 3E de hace un par de años, que en esencia era un chasis de un R5 con dos motores eléctricos y un alerón gigantesco. La idea era crear un “demostrador” eléctrico para derrapar y quemar llanta por días. Por ello tenía una jaula antivuelco, un freno de mano hidráulico, ese bodykit extremo y hasta un osito de peluche.
El Renault 5 3E eléctrico aquí presente es la versión de producción de dicho concepto. También usa dos motores eléctricos, ahora cada uno entregando 268 hp (o 536 equinos combinados) y una absurda figura de torque de 4.800 Nm, seguramente a las ruedas y no desde los dos motores. Algo que lleva al R5 “chispeante” de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos y, a fondo, rozará los 270 km/h. Más o menos afín al R5 Maxi Turbo del Grupo B.
Suspensión independiente en ambos ejes y frenos de disco le dan esa intención deportiva. Su batería tiene arquitectura de 800 voltios y posee 70 kWh. Suficiente para dar varios giros a fondo en una pista o una autonomía de 400 km. Apenas pesa 1,4 toneladas y tiene dos plazas, con varios modos de manejo que permiten controlar de forma independiente ambos motores.
De los circuitos para la calle
Sí, eso incluye el freno de mano para derrapar en toda la consola central. Es considerablemente más grande que el Turbo original, con 4 metros de largo (en vez de 3,6 m) y un ancho de dos metros. Sí, dos metros, necesarios para acomodar las enormes llantas y rines de 20” bajo ese bodykit aerodinámico y funcional. El chasis es en aluminio y los motores traseros se encuentran en cada rueda, no uno solo en el eje. Sí, este petit monstre eléctrico es técnicamente de motor central, como el original.

Adentro es un auto de carreras para la calle. Una jaula antivuelco y sillas tipo cubo con arneses de seis puntos revelan su intención. Dos pantallas de 10,25” existen sólo para proyectar la información mientras el pasajero busca de qué agarrarse. Su frente tiene el estilo del original, mientras que la parte trasera evoca al actual R5 E-Tech.
Su exterior usa el color amarillo, negro y blanco típico de los Renault F1 turbo, así que quizá sea buena idea no involucrar a Alain Prost, quizá tenga pesadillas. Renault no nos dice el precio del 5 3E eléctrico, sólo que harán 1.980 ejemplares. Aliste seis figuras (en Euros) para hacerse con uno, si es que busca un “mini supercar” como lo llama Renault. Para todo lo demás, está el Alpine A290.