Uno por uno los modelos más tradicionales de Stellantis Norteamérica van diciendo adiós. La era del muscle car tradicional también va cerrando los ojos, dando paso a una nueva era donde los motores más eficientes y la electrificación conviven juntas. Y así el último sedán americano musculoso y con algo de lujo de Stellantis pasa a mejor vida: he aquí el último 300C que produce la marca y que marca el final de esta era de Chrysler.
Llámelo una señal de respeto por un sedán que, si bien solo llamaba a los gustos americanos, se mantuvo vigente por bastantes años y probó ser bastante popular. Tanto así que Chrysler despidió al 300C con una edición final limitada a 2.200 ejemplares. Si bien el Chrysler 300 seguirá unas semanas más en la línea de producción de Brampton, Canadá, este es el último 300C de alto desempeño con el V8 que también se encontraba en el Charger.
El último sedán musculoso de Stellantis
Hay vientos de cambio en Stellantis, porque los V8 Hemi de toda la vida ya no tienen cabida en su portafolio. Si bien puede que otro 300C esté en línea y use el motor turboalimentado Hurricane de 6 cilindros, que lentamente se extiende por todo el portafolio de Dodge, Jeep y RAM, por ahora es el final de este sedán con algo de bling-bling tan apreciado por Estados Unidos.
La edición final del 300C viene equipada con un V8 Hemi de 485 caballos de potencia, un 0 a 100 km/h en el rango de los 4.5 segundos, algunos lujos extra y un profundo color rojo carmesí. Es el cierre a una serie de Chrysler 300 de alto desempeño que se remonta a 1955 con uno de los primeros V8 atmosféricos y lo que quizá es el primer muscle car de la historia.
Con este adiós el portafolio de Chrysler se ve más vacío y desolado, con apenas un puñado de modelos a su nombre. Con la electrificación tan presente en Stellantis seguramente Chrysler buscará reafirmarse como una marca de mayor alcurnia y sofisticación, equivalente a Buick hoy en día. Y tal vez el 300C regrese como un ícono de esa nueva imagen con dos o cuatro puertas. Mientras eso sucede, tenemos que decirle adiós a otro de los sedanes americanos hechos a la antigua. Ahora lo último que queda es la Dodge Durango, que se rehúsa a morir por el momento.
