Pasó lo que tenía que ocurrir: una Toyota Land Cruiser Prado blindada de última generación. Para el lector más perspicaz no será la primera de su linaje, pero eso es porque la primera en recibir este tratamiento fue la Lexus GX 550. En esta ocasión, es la variante híbrida de la Prado 250 que recibe armadura para aquella persona importante que requiere más protección.
Los responsables son, una vez más, Inkas. Especialista en este tipo de conversiones que aceptaron el reto de crear una Toyota Land Cruiser Prado blindada. Tarea difícil, ya que la carrocería cuadrada y paneles rectos no facilitan demasiado acomodar placas de metal blindado, pero ese es otro tema. El punto es que se logró y la Prado i-Force híbrida esconde ese “chaleco antibalas” entre otras sorpresas.
Armadura desapercibida
La Prado recibe blindaje BR6, el más alto para vehículos que no son de grado militar, capaz de resistir impactos de calibres de rifles de asalto (7,62 mm, típico de fusil AK). Tal refuerzo se encuentra en los vidrios, puertas, compartimiento del motor, piso, tanque de gasolina, baúl, etc. El chasis posee refuerzo extra para resistir explosiones, por cierto.
Las llantas son run-flat en caso de ser perforadas y el preparador añade una celda especial en el baúl. Esta se conecta con la cabina y provee otra capa de protección, sea para bienes o personas importantes. Detalles extra para el hombre importante (o aquel que se alista para el apocalipsis) incluyen intercomunicador, sirenas, oxígeno extra, cámaras de visión nocturna y protección adicional al radiador y escapes.
Todo esto es peso adicional sí, pero al ser la Prado híbrida, su cuatro cilindros turbo de 326 hp y 630 Nm no perdería demasiado brío. La suspensión fue mejorada por Inkas, aunque la estabilidad quizá no sea uno de sus puntos fuertes con el peso adicional.
Eso sí, esta Prado lucirá más desapercibida que un acorazado estilo Rezvani o una Mercedes-Benz Clase G blindada.
