Este domingo cargado de deportes motores comenzó con sabor azteca. Con una reacción y estrategia excelente de Red Bull, Sergio Pérez se coronó como el ganador del Gran Premio de Mónaco, en una carrera pasada por la lluvia, con algo de drama, pocos rebases y unos últimos 20 minutos de infarto. Con esta victoria, Pérez se convierte en el piloto mexicano de F1 más exitoso de la historia, y se mete de lleno en la pelea por el campeonato. Sólo me resta decir: ¡Viva México, ca******!
Lluvia y más lluvia
Sin embargo, no todo fue color de rosa al inicio. La lluvia decidió hacer una aparición sorpresa, tirando por la borda toda la estrategia de los equipos, que empezaron una danza para cambiar de llantas lisas a intermedias. Cuando parecía que la carrera comenzaría tras el auto de seguridad, un aguacero golpeó el circuito y forzó una bandera roja. Una hora después por fin la FIA dio el visto bueno para comenzar, pero con la cuenta regresiva de 2 horas para terminar la carrera.
Que comience el juego de la estrategia
La lluvia vino, creó caos y se fue tan rápido como llegó. ¿Sabe lo que eso significa? Hora de más estrategia. No sin antes un despiste de Latifi y Stroll en la vuelta de formación. El primero en arriesgarse fue Gasly, quien entró por cauchos intermedios, y después de un par de giros comenzó a imponer un ritmo decente. Mientras tanto, en la punta, las cosas se mantuvieron sin cambios. Leclerc y Sainz mandaban, con Sergio Pérez y Verstappen igualando el ritmo de los Ferrari en las calles de Mónaco.
Hamilton, Norris y Pérez fueron los primeros en pasar a intermedias, y comenzaron a marcar vueltas rápidas. Sainz rápidamente reaccionó a la estrategia y se encontró con la punta de la carrera, relegando a un Leclerc a la tercera casilla. Y aquí fue donde Ferrari tiró todo a la basura, luego de una pole fantástica del monegasco.
En la vuelta 22, con una pista secándose rápidamente, Ferrari llamó a ambos autos a pits, con un Leclerc furioso ante la estrategia de su equipo. Red Bull aprovechó el bug y llamó a sus pilotos la siguiente vuelta para poner llantas lisas, con dos paradas muy eficientes y Sergio Pérez robándose la punta del Gran Premio de Mónaco.
Bandera roja y todos en fila india
La estrategia de Red Bull no pudo llegar en mejor momento, porque apenas unos giros más tarde Mick Schumacher tuvo un despiste en la chicana Nouvelle, chocando fuerte contra la barrera. Por fortuna el alemán salió ileso, pero forzó la bandera roja. Esto hizo que todos los equipos se reagruparan y pusieran llantas frescas. Con llantas medias, Perez y Verstappen reiniciaron primero y tercero, con los Ferraris entre ellos.
Con 40 minutos en el reloj, la carrera por fin reinició, con todos los pilotos formando una procesión completa en la que nadie podía pasar. De hecho, el único en lograr rebases espectaculares fue Gasly, al inicio de la carrera. Alonso formó una fila que se despegó de la punta, imitando a su viejo compañero Trulli y sus famosos trenes. Todo ante la frustración de un Hamilton que no pudo rebasarlo. De aquí hasta el final no hubo más sobrepasos, pero el drama no terminó allí.
Final de infarto
Las llantas medias de Sergio Pérez comenzaron a pasarle factura en las calles de Mónaco, y Sainz, Verstappen y Leclerc se metieron en la lucha por la punta. Esa fue la tónica de los últimos 20 minutos, con un Sainz respirando en la nuca del piloto mexicano, tratando de forzar un error. Al final, la defensa de Pérez prevaleció y se coronó ganador en Mónaco, el primer mexicano en lograr esta hazaña.
Carlos Sainz Jr. y Verstappen subieron al podio, con un amargo cuarto puesto para Leclerc, quien se desahogó en contra su equipo. Russell sin hacer mucho ruido terminó en quinta casilla, seguido de cerca por Lando Norris. Alonso, Hamilton, Bottas y Vettel completaron los puntos.