Una forma fácil de destacar entre la multitud es tener un Ferrari, ojalá de color rojo para que todo el mundo lo reconozca a kilómetros. Pero, ¿qué pasa cuando eso no basta? Porque hay individuos en este mundo que no se conforman ni con el más exótico de los Cavallinos. Para esos exigentes existe Mansory, quienes con gusto transforman cualquier exótico en un auto que robe las miradas a donde quiera que vaya, así sea de buen gusto o no, como es el caso de este Ferrari F8 Spider.
Como el rojo está demasiado visto, Mansory le aplica no uno sino tres tonalidades distintas al Ferrari F8 Spider, o deberíamos decir F8XX. Así le llama ese preparador a su “juego de modificaciones” para cualquier F8, que incluye alerones, mucha fibra de carbono y más potencia. La diferencia es que este ejemplar es único en su tipo, a solicitud de algún cliente que deseaba algo así. Mansory tiene el coraje de llamarlo una obra de arte, pero lo único artístico es su color y su nombre: Tempesta Turchese.
Pintando de azul aguamarina al Cavallino
Quizá lo más extraño de toda esta creación son sus rines forjados, con un diseño bastante peculiar que parece como si fuera un rin dentro de otro rin. Ciertamente es peculiar de ver, si ve más allá de la tormenta turquesa (a eso traduce Tempesta Turchese) o las piezas de fibra de carbono a diestra y siniestra. Claro que en comparación con otras creaciones de Mansory, el bodykit no roza la exageración típica del preparador.
La temática turquesa o aguamarina continúa en el interior, que es completamente forrado en cuero de este color. Al menos en el exterior hay un buen balance entre blanco, negro y turquesa, al punto que parecen los colores de un Mercedes-AMG de F1. Sabemos que un Ferrari se reconoce a leguas, pero Mansory complica un poco la tarea removiendo todas las insignias del F8 Spider, y no sabemos si a la marca italiana le caerá en gracia que desechen así su Cavallino Rampante. Por cierto, Mansory nos dice que hasta el último panel y sección de la carrocería del F8 fue modificada. Es decir, casi no queda nada por fuera del modelo original.
Finalmente está el motor, que posee la típica modificación en su ECU y escape para liberar más potencia. En el caso del V8 twin turbo del F8, Mansory logra exprimir 880 caballos y 960 Nm de torque. Eso es 170 hp más que el modelo original, y permite que su velocidad tope crezca de 340 a 354 km/h, y que su 0 a 100 km/h ocurra en 2.6 segundos, 3 décimas más rápido. A esa velocidad quizá nadie note que viaja en un Ferrari turquesa, por lo que probablemente Mansory le recomienda que vaya despacio y permita que todos los pasantes admiten su Ferrari estrambótico. Si recibe comentarios negativos eso ya es problema de usted, no de Mansory.