En el mundo automotriz siempre damos atención a los autos más completos, más equipados o más exóticos, dependiendo de su segmento. No es culpa de nadie, porque tanto los consumidores y las marcas quieren lo mejor. ¿Qué hay de lo más simple? Vehículos frugales y sencillos para aquellos que solo quieren algo confiable para ir de A hasta B sin gastar mucho. Hoy hablaremos de un vehículo así, el Suzuki Tour H1, un city car en extremo básico basado en el Alto K10 que se produce en la India.
La mejor forma de describir este pequeño auto es mirar al pasado. En concreto a los años ochenta y noventa, en la que los modelos “base” de muchos vehículos como este eran populares. Y no hay nada de malo en ellos, de verdad muchas personas necesitan algo confiable, económico y que sea fácil de adquirir. El problema ocurre cuando son tan básicos que omiten elementos de seguridad, ayudados por leyes de ciertas regiones, pero no entraremos en ese debate hoy.
Un automóvil “puro” en su máxima expresión
480.000 rupias equivalen a 5.800 dólares, ¿y qué se consigue por ese precio? Este Suzuki Tour H1, gemelo del Alto K10. Por un precio tan bajo tiene cuatro ruedas, un motor, espacio para cuatro o cinco y un baúl pequeño de 214 litros. Eso es todo lo que necesita si la misión es transportarse en el auto más económico posible. Tanto así, que solo encontramos una imagen del Tour H1, el resto son del Alto K10 así que imagíneselo sin rines elegantes ni pantalla en la cabina.
En serio, el Suzuki Tour H1 tiene apenas lo esencial para desplazarse y punto. Las defensas plásticas son negras, los rines no tienen cubiertas, sólo está disponible en dos tonos de gris y uno blanco. En su interior hay dos bolsas de aire, portavasos y aire acondicionado, eso es todo lo que necesita. Ni siquiera el radio es estándar, así como un Suzuki Swift/Cultus básico en los años noventa.
El motor es uno de los más pequeños en el portafolio de Suzuki. Con tres cilindros y 1 litro de desplazamiento, el Tour H1 tiene 66 hp a su disposición, o 56 hp si elige la variante a gas natural. Ambos tienen transmisiones manuales de cinco cambios, porque un automático “es de lujo”. En serio, este auto hace que un Suzuki S-Presso se sienta como un BMW y un Swift como un Rolls-Royce. Pero esa es la idea, ofrecer transporte sencillo y honesto por el mejor precio, y por eso saludamos a este Suzuki con gusto. En esta era de pantallas y demasiados asistentes electrónicos, un auto honesto y básico es una especie en vía de extinción.
