Así es que se aprecia un clásico del mundo motor, sin mancharlo con conversiones eléctricas. Una compañía decidió darle algo de “cariño” al Mercedes-Benz Clase G clásico, ese modelo original con orígenes militares el cual brillaba no solo por su simpleza mecánica sino por sus capacidades todoterreno. Es un excelente contraste al Clase G actual, que si bien preserva sus habilidades off-road, es más un ícono de lujo y estatus que otra cosa.
Lo que aquí ve es obra de Expedition Motor Company, o EMC para ser más breve, una compañía estadounidense especialista en el G-Wagen. En aras de preservar el aura del Mercedes-Benz Clase G, EMC restauró todos los elementos mecánicos y estéticos, modernizando algunas cosas esenciales que hoy damos por sentadas para que este 4×4 clásico se sienta como un vehículo recién salido de la fábrica.
Respetando un clásico
Además de restaurar “de pies a cabeza” a este 250GD, el preparador se aseguró de proteger su carrocería, ejes y chasis contra la corrosión y los elementos. Tan meticuloso como un ingeniero alemán, EMC limpió cada partícula de polvo de este Clase G, cerciorándose de que estuviera listo para el siguiente paso. Este incluye mejorar algunos componentes mecánicos con elementos modernos, tales como los frenos, suspensión, ejes y diferencial.
De nuevo, la filosofía del “Lobo” (como lo llama EMC) no es reinventar al Mercedes-Benz Clase G, es conservar los detalles que lo hacen tan clásico. Prueba de ello es el motor, que no es ningún V8 moderno ni nada absurdo, sino la planta motora original de 5 cilindros diésel. EMC simplemente restauró el motor e incluso preservó la transmisión original de 5 marchas, con selector de marcha baja. Algunos componentes son nuevos, como el embrague, pistones, bomba de agua y empaques.
Restauración con estilo
En su interior encontramos nuevos asientos y parales recubiertos en cuero y vinilo. El volante original fue revitalizado con cuero y costuras de color café claro, tratamiento similar para la palanca de cambios y selector de tracción. Una repisa con portavasos en madera, un radio con pantalla moderno, compartimiento para un tanque externo de combustible y butacas extra en el área de carga son algunas de las adiciones que EMC agrega a su creación.
Quizá lo más moderno, aparte del radio, son los faros en LED y el winche hidráulico. Porque la luz halógena luce bien, pero no ilumina tan eficiente como un juego de diodos LED. Se nota que este proyecto fue abordado con cariño y respeto por lo que representa el Geländewagen, al grado que EMC incluye fotografías con el proceso de reconstrucción y restauración desde el chasis hasta el motor.
Lo que alguna vez fue un Clase G militar hoy es una joya retro-moderna con un precio algo prohibitivo, ya que EMC pide 185.000 dólares por su creación. Si es un adicto a estos 4×4 austro-germanos, probablemente valga la pena, mucho más que un AMG G 63 contemporáneo.