En abril del año pasado, Porsche recomendó a los dueños de un Carrera GT no conducir su deportivo por un potencial defecto en la suspensión. Ahora, casi un año después, una fuente anónima reveló al portal Jalopnik que Porsche todavía no tiene piezas o fecha estimada para solucionar este llamado a servicio. Y no es cualquier llamado a servicio, sino uno en que Porsche y la National Highway Traffic Safety Administration literalmente recomiendan no mover el vehículo. Palabras mayores considerando que hablamos de un superauto que hasta al legendario Walter Röhrl considera desafiante.
Urgent: do not drive this vehicle
El motivo del llamado a revisión es una debilidad en las rótulas de las horquillas que, según Porsche, no resisten adecuadamente la corrosión. Con el tiempo, estos componentes esenciales en la suspensión del Carrera GT podrían agrietarse y fallar sin previo aviso, provocando una posible perdida de control. La conclusión de Porsche y la NHTSA fue emitir un comunicado donde recomiendan a 489 propietarios no mover su Carrera GT ni a la esquina. En principio este llamado a revisión aplicaba solo al mercado estadounidense, pero pronto se expandió a otros mercados.
Porsche Australia, por ejemplo, también llamó a revisión los 12 Carrera GT en ese país y agregaron que no harán inspecciones individuales para levantar esta restricción. Todo esto afecta incluso a los dueños que decidan arriesgarse y seguir conduciendo su Carrera GT pues podrían tener problemas con las aseguradoras. En palabras de un agente entrevistado por Jalopnik: “Dado que es un asunto de seguridad y la advertencia viene de Porsche y la NHTSA, no se cubriría ningún reclamo pues hay una orden vigente de no usar el vehículo”.
Así las cosas, los Carrera GT del mundo seguirán quietos por un tiempo incierto a menos que alguien se arriesgue a conducir un superauto de casi dos millones de dólares sin seguro. Curiosamente, fabricantes externos a Porsche ya han mejorado la suspensión del Carrera GT con buenos resultados. KW, por ejemplo, ofrece un kit de suspensión coilover que cuesta $18.000 dólares y tiene la aprobación de Nick Heidfeld. Este kit no resuelve el problema pues mantiene las horquillas de la suspensión originales, pero es una señal más de que Porsche pudo mejorar todavía más a su entonces deportivo insignia.