Tal vez sea un modelo que, seguramente, sea exclusivo del mercado chino. Que en sí, es su propio universo completo con modelos extraños para nosotros en Occidente, pero ese no es el punto. Toyota tiene un nuevo modelo eléctrico, gracias a sus alianzas con marcas chinas y recibe el nombre de bZ3X.
Sí, la nomenclatura Beyond Zero se resiste a perder relevancia, incluso si Toyota incursiona en la propulsión eléctrica más por necesidad que por genuino interés. En especial porque China es un gran mercado para estos vehículos y por tal motivo existe el bZ3X, para robarle ímpetu a Chery, Geely y BYD; además de mostrar un posible competidor al Tesla Model 3, sí es que Toyota se anima vender este eléctrico en el resto del planeta.
Electricidad con sello chino-japonés
A la tasa de cambio, el Toyota bZ3X eléctrico de entrada cuesta unos $15.000 dolares americanos, mucho menos que un Tesla Model 3 o muchos eléctricos europeos de entrada.
Desarrollado en colaboración con GAC Motor, el bZ3X llegaría en tres presentaciones, motivadas por un motor frontal de 221 hp (aunque no descarte tracción en las cuatro ruedas). La primera usaría una batería de 50 kWh de litio-ferrofosfato, suficiente para una autonomía cercana a los 430 km.
Lo seguirían dos variantes con baterías más grandes, aunque Toyota no quiso revelar su capacidad. Por su denominación (520 y 620), determinamos que su autonomía sería de 520 y 620 km bajo el ciclo CLTC. Como mínimo, tendrían uno o dos motores y celdas que superen los 60-65 kWh.
Por todo lo demás, el Toyota bZ3X es un eléctrico bastante convencional. Frenos de disco con regeneración, suspensión independiente, un chasis plano estilo “patineta”, asistencias al manejo, usted sabe, lo típico.
Diseño discreto con el toque Toyota
Su diseño es, opuesto a otros Toyota occidentales, más bien recatado. Guarda algún parecido con el GAC Aion Y, con un aire a minivan-crossover. También es fiel a su fase conceptual, que Toyota reveló hace un buen tiempo, con ese frente sharknose, una barra LED trasera, costados elegantes con manijas retráctiles y un techo flotante. Nada demasiado dramático, de nuevo.
La cabina, opuesta a otros Toyota, carece de muchos botones físicos. En su lugar, una enorme pantalla de 14,6” y un clúster digital dominan el interior minimalista del bZ3X. Hasta el sonido está firmado por Yamaha, frecuente colaborador de Toyota.
El despliegue tecnológico incluye hasta 11 cámaras que monitorean interior y exterior del bZ3X, con sensores y radares de proximidad. Todo para complementar las asistencias ADAS que ofrece este modelo.
Lógicamente, por ahora es exclusivo para China. Mercado donde parece ser imperativo tener muchos autos eléctricos con gran espacio interior, así el resto del mundo siga otras tendencias. Quizá Toyota podría probar las aguas y dejar que el bZ3X llegue a Occidente, con un precio que rivalice otras marcas que llevan más ventaja en este tema eléctrico, incluyendo aquellas chinas, coreanas y europeas.