Hace una semana conocimos su diseño y es tiempo, desde el Salón de Nueva York, de conocer los detalles del Kia K4 en versiones sedán y hatchback. Así es, Kia no abandona los tradicionales autos de cuatro y cinco puertas con ninguna pretensión utilitaria, ruda o todoterreno.
Nada de eso, el Kia K4 aspira a ser un vehículo urbano convencional, con el valor agregado de un diseño peculiar. El sucesor del Cerato y Forte será, por el momento, exclusivo del mercado estadounidense, pero tal parece que Kia tiene intenciones de expandir este auto del segmento C a otros mercados, como su natal Corea, Asia y Europa.
¿Un hot hatch en potencia?
Por ahora conozcamos los detalles del nuevo Kia K4, iniciando con su versión hatchback. Claro que, a juzgar por su diseño, casi parece una station wagon o shooting brake. Las diferencias frente al K4 sedán radican, lógicamente, en la parte trasera, donde encontramos un techo flotante, ornamentos en el pilar C y D al igual que un sutil spoiler entre la ventana y luces traseras en forma de L.
Es como si el Kia K4 fuera más deportivo y potente de lo que es (más sobre eso en un momento), sugiriendo que tal vez, sólo quizá, un K4 GT podría estar entre los planes. Imagine eso, un hot hatch con motor a combustión de Kia, esa sí sería una sorpresa. Además, su hermano Hyundai Elantra tiene una versión N, detalle que alimenta esta posibilidad.
El K4 hatchback luce elegante y deportivo, con un diseño mejor logrado (me atrevo a decir) que su hermano sedán. No obstante, este servidor tiene preferencia por los hatchbacks, así que entenderá mi opinión algo subjetiva.
Corazón heredado del Cerato
Quedó claro que el Kia K4, sea sedán o hatchback, luce una pinta impactante, pero faltan sus detalles. Moviendo a ambos K4 se encuentra un motor de 4 cilindros aspirado de 2 litros, heredado del anterior Cerato/Forte. Este eroga 147 hp y lleva su poder a las ruedas delanteras a través de una transmisión CVT.
La versión GT Line recibe un motor turboalimentado de 1,6 litros, ahora con 190 hp. Lastimosamente, la transmisión manual dice adiós en favor de una automática más convencional de 8 marchas.
Su envergadura crece de 4,64 a 4,71 metros, con gran parte de ese espacio dedicado a la cabina. Si el K3 nos demostró algo, es que Kia sabe muy bien aprovechar el espacio para los pasajeros con estos nuevos diseños. Rines de 18 pulgadas calzan al K4, con suspensión de eje semirígido atrás para los modelos de entrada o multibrazo para el GT Line.
Al menos en EE.UU. tendrá cinco variantes: LX, LXS, EX, GT Line y GT Line turbo.
Interior futurista, típico del buen Kia
Finalmente está el interior, que toma prestada la interfaz triple del Kia EV9. Esta contiene tres pantallas, una para el clúster y otra para el entretenimiento, ambas de 12,3”. En el medio reposa una tercera interfaz de 5” con los controles del aire acondicionado. Aun así, botones físicos pueblan la consola central, volante y parte inferior de la pantalla, con atajos y funciones esenciales.
Asientos en cuero con acabados en gris o blanco ónix, sillas con ventilación y calefacción, conectividad a celular inalámbrica, sonido firmado por Harman Kardon y techo panorámico son algunas de las opciones que ofrece este modelo.
Es de asumir que Kia alista en el futuro un K4 híbrido para competir con el Toyota Corolla y Honda Civic, sus mayores rivales en ese segmento C que ronda los 20 a 30.000 dólares americanos. El nuevo K4 pinta bastante bien con todos estos detalles y su versión hatchback, ilusionando ante la posibilidad que Kia permita que cruce la frontera y se extienda de México hacia centro y Sudamérica. Ya veremos si la marca lo considera viable.
