En el automovilismo no hay fiesta más grande que un triunfo de Ferrari en casa y, si la hay, no la conozco. Le quedan ocho grandes premios a este 2024 y, con esta victoria de Charles Leclerc en Italia, el campeonato de F1 está poniéndose cada vez más reñido. Resultado inesperado en parte pues la Scuderia no prometió mucho en prácticas ni en clasificación. Max Verstappen dominó una FP1 donde Franco Colapinto debutó sin novedad y Kimi Antonelli estrenó su asiento confirmado en Mercedes con un fuerte choque.
En las siguientes dos prácticas dominó Lewis Hamilton, pero el ritmo del heptacampeón —y de ambos Red Bull— desapareció en la clasificación. Lando Norris se llevó la pole, aventajando por poco más de una décima a Oscar Piastri, George Russell y Leclerc. Carlos Sainz largaría quinto, seguido por Hamilton, Verstappen y Checo Pérez. En la mañana del domingo, sin embargo, más de 300.000 asistentes vieron ese orden desvanecerse en una emocionante primera vuelta.
Papaya Rules
El semáforo apagó sus luces y Norris intentó proteger la punta, pero ya tenía a Piastri al lado entrando a la primera chicana. Russell no anticipó ese muro papaya al frente y salió de pista, golpeando su alerón delantero y perdiendo varias posiciones. Apenas en la segunda chicana Piastri le ganó la frenada a Norris y lo adelantó con una maniobra milimétrica e implacable. Leclerc aprovechó y adelantó también al pobre Lando que parece condenado a nunca terminar una primera vuelta liderando.
Piastri y Leclerc intercambiaban vueltas rápidas mientras Red Bull confiaba en que sus neumáticos duros les darían una ventaja estratégica sobre los medios del resto. En la vuelta 11 adelantó Pérez al Mercedes herido de Russell antes de que el británico entrara a boxes por una nueva trompa. Norris tuvo un pequeño susto en la vuelta 14 y entró por neumáticos duros, tocando el bolardo en la entrada a pits, y salió noveno. Leclerc y Hamilton hicieron lo mismo dos vueltas después, Piastri ya siete segundos adelante de Sainz mientras Norris recuperaba tres posiciones.
El australiano entró en la próxima vuelta también por las Pirelli blancas, dejando en punta a Sainz, Verstappen y Pérez. El campeón actual asumió el liderato en la vuelta 20 pues Sainz entró a pits también por neumáticos duros y salió sexto detrás de su coequipero. Tres vueltas más tarde entraron Verstappen y Pérez por otro juego de neumáticos duros, Piastri recuperando el liderato seguido por Norris, Leclerc y Sainz. En la radio el ingeniero de Norris le avisaba que tenía permiso para luchar con su coequipero siempre y cuando siguiera las “reglas papaya”.
Forza Ferrari, dai Charles!
Piastri respondió al desafío con una serie de vueltas rápidas, estirando su liderato casi hasta los cinco segundos para la vuelta 32. Norris entró a pits por otro juego de duros y salió sexto, entre Verstappen y Pérez; el mexicano librando un duelo aguerrido con Russell. En la vuelta 39 paró Piastri, cómo no, por llantas duras y salió tercero detrás de los Ferrari aunque delante de Verstappen. Dos vueltas después Norris adelantó a Verstappen por el cuarto lugar justo antes de que el holandés entrara a pits por neumáticos medios.
La estrategia de Ferrari quedó clara faltando diez vueltas para el final: intentar terminar la carrera con una sola parada y Leclerc en punta. Sainz iba atrás, diez segundos atrás, y Piastri a segundo y medio del español. En la vuelta 45 el joven australiano adelantó a Sainz por la segunda plaza y emprendió la cacería para alcanzar a Leclerc. Norris también adelantó al español, pero el ritmo de los McLaren no daba para alcanzar a Leclerc y Monza gritaba más fuerte con cada vuelta. La Scuderia que acostumbra hacer unas estrategias absurdas hizo, por fin, una carrera brillante para su público.
Leclerc cruzó la meta delante los de dos McLaren que, teniendo todo para ganar, perdieron la carrera por falta de estrategia más no de ritmo. Piastri quedó segundo y Norris tercero con un punto adicional por la vuelta rápida, pero ni ellos ni Verstappen sonreían; el holandés terminó sexto. Un mar rojo en éxtasis inundó la recta principal del circuito y cantó a todo pulmón el himno de Italia que sonó lo más alto de la F1 por tercera vez en 2024. ¡Nos vemos dentro de dos semanas para el GP de Azerbaiyán para ver cómo evoluciona esta temporada que, hasta ahora, no decepciona!