Charles Marc Hervé Perceval Leclerc hizo historia hoy convirtiéndose en el primer monegasco que gana en Mónaco, otra sorpresa que anima la F1 en 2024. Y es que algo interesante se veía venir desde la primera práctica, con Lewis Hamilton marcando el mejor tiempo y ambos Red Bull fuera de los diez mejores registros. Las siguientes dos prácticas, sin embargo, vieron a un Leclerc dominante y decidido a romper la racha de mala suerte que por años lo ha acompañado en su circuito local.
En Mónaco el resultado del sábado prácticamente decide el del domingo, así que la jornada de clasificación estuvo movida desde la Q1; con mucho tráfico y resultados inesperados. Ambos Alpine pasaron a la Q2, por ejemplo, mientras Fernando Alonso y Sergio Pérez quedaron por fuera. La Q2 también tuvo sorpresas con Alex Albon, Yuki Tsunoda y Pierre Gasly entre los diez más rápidos. Leclerc lideraba la tabla faltando tres minutos para terminar la Q3, Oscar Piastri segundo y Max Verstappen tercero, cuando todos salieron por un último intento.
Verstappen hizo lo posible por superar el récord de ocho poles consecutivas de Ayrton Senna, pero tuvo que abortar su vuelta tras un golpe en Sainte Devote y quedó sexto. El monegasco y el australiano mantuvieron sus posiciones, Leclerc imponiéndose con un registro todavía más rápido: la pole número 250 en la historia de Ferrari. Carlos Sainz y Lando Norris clasificaron tercero y cuarto, respectivamente, mientras los Haas quedaron relegados a la última fila por una irregularidad en su DRS.
Caos en el principado
Una largada tranquila pronto dio lugar a un desastre que hizo necesario detener la carrera incluso antes de terminar la primera vuelta. Sainz intentó adelantar a Piastri en la primera curva, pero solo consiguió perforar su neumático delantero izquierdo contra el piso del McLaren. El español quedó varado en la curva del casino, causando una bandera amarilla local, pero el verdadero desastre sucedió detrás. Kevin Magnussen buscó un espacio donde no lo había en la pendiente entrando a Beau Rivage, tocó el monoplaza de Pérez y provocó que este diera un trompo. Justo detrás venía Nico Hülkenberg quien nada pudo hacer para evitar chocar al mexicano.
Los dos Haas y el segundo Red Bull quedaron completamente destruidos, pero aún hay más. Esteban Ocon estrelló a Gasly —su propio coequipero— en la entrada a Portier, arruinando su monoplaza y el mejor fin de semana que Alpine ha tenido este año. Todo esto en los primeros cuarenta segundos de carrera. Tomó casi una hora recoger el reguero de fibra de carbono y reparar una barrera, pero esto benefició enormemente a Sainz. El español no solo pudo cambiar neumáticos, también volvería a arrancar tercero pues los comisarios decidieron mantener el orden de largada original.
La procesión para coronar al nuevo príncipe
Dieciséis carros tomaron la segunda bandera verde sin mayor incidente y esta calma dominó todo el gran premio. Literalmente no hubo un solo adelantamiento en las primeras cincuenta vueltas, todos los competidores midiendo espacios y conservando sus llantas. Lance Stroll inauguró las paradas en pits en la vuelta 44, regresando a pista en la misma decimoprimera casilla que ocupaba antes de parar. El canadiense luego cayó al último lugar pues golpeó su llanta trasera izquierda contra una barrera de la chicana, causando un pinchazo que lo obligó a parar nuevamente en la vuelta 50.
Hamilton paró en la vuelta siguiente, manteniendo su séptimo lugar entre Verstappen y Tsunoda; acto seguido paró también el campeón reinante. Solo hasta la vuelta 54 pudimos POR FIN ver un sobrepaso en pista: Valteri Bottas superando a Logan Sargeant por la decimotercera posición en la entrada a Mirabeau. Verstappen le metió algo de emoción a la carrera en la vuelta 63, acechando al Mercedes de Russell, pero prefirió no arriesgar su sexta posición. Adelante los Ferrari y los McLaren, todos cuatro con neumáticos duros, parecían retarse a ver quién entraba primero en boxes.
Llegada la vuelta 70 quedó claro que parar en pits no sería necesario: Leclerc había dictado el ritmo de manera tal que su liderato y sus llantas nunca estuvieron en peligro. Cabe reconocer también a Piastri pues hizo gala de una madurez envidiable a sus 23 años, manteniéndose constante sin cometer locuras. Así terminó la carrera más aburrida de la F1 en este 2024, con un principado de Mónaco en éxtasis por la victoria de Leclerc. Y es que, aunque la acción en pista fue casi nula, es imposible no alegrarse viendo al joven monegasco por fin cumplirle a su padre la promesa de ganar con Ferrari en Monte Carlo.