Señoras y señores, luego del GP de Austria queda confirmado que tenemos una pelea por el campeonato en esta temporada 2024 de la F1. Un fin de semana que iba siendo dominado completamente por Max Verstappen resultó en un drama digno de telenovela. Y es que el campeón reinante quedó primero en la práctica, en ambas clasificaciones y en el sprint, pero la carrera fue otro cuento. Hoy no ganaron Verstappen y Red Bull; ganaron George Russell, Mercedes y todos los aficionados que queríamos más acción.
Para abrir estas reseñas acostumbro hablar del viernes y el sábado, pero vayamos primero al momento más emocionante del gran premio. Era la vuelta cincuenta y dos de una carrera aburridísima cuando Verstappen reportó poco agarre en sus neumáticos y entró a pits escoltado por un Lando Norris que llevaba segundo toda la carrera. Los mecánicos de Red Bull, que usualmente trabajan como un relojito, perdieron tres segundos respecto a Norris y Verstappen regresó a pista con una ventaja inferior a dos segundos. Aquí empezó el desmadre.
¡Pelea, pelea, pelea!
Norris utilizó el tráfico a su favor y marcó la vuelta más rápida, entrando en el DRS de Verstappen y despertándonos a todos. El británico desafió varias veces al líder, pero este se defendía con todo. Varias vueltas duró este duelo antes de llegar a su punto de ebullición en el giro 64: Norris atacó nuevamente y Verstappen le cerró la puerta en la cara, ambos monoplazas hicieron contacto y quedaron con una llanta perforada. Los dos se arrastraron a pits, Verstappen regresó a pista quinto y Norris decidió retirarse. Cuatro vueltas después los comisarios hallaron a Verstappen responsable del incidente, penalizándolo con 10 segundos.
Verstappen 💥 Norris
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— Formula 1 (@F1) June 30, 2024
A Russell, quien iba tercero, se le apareció la virgen. El británico quedó en punta faltando seis vueltas para terminar, seguido por un Oscar Piastri que recién había adelantado a Carlos Sainz. Todo lo que debía hacer el piloto de Mercedes era mantener la calma para conquistar su segunda victoria y eso hizo, llegando a la meta por delante de Piastri y Sainz. Fernando Alonso a última hora reclamó el punto por la vuelta más rápida y Norris fue elegido piloto del día, una mínima consolación por una victoria arrebatada injustamente.
Nadie esperaba este picante desenlace, pero lo cierto es que ambos McLaren venían prometiendo emoción desde el viernes. Pese al dominio absoluto de Verstappen en las vísperas de la carrera, los monoplazas papaya siempre estaban ahí detrás. Piastri quedó segundo en la primera práctica, a 0,276 segundos del holandés, y Norris clasificó para el sprint segundo apenas una décima más lento. Dicho sprint tuvo su cuota de acción, con un duelo limpio por la punta entre Verstappen y los dos McLaren que resultó en favor del Red Bull. Este abrebocas de 23 vueltas terminó con Verstappen ganador, seguido por Piastri y Norris.
Del aburrimiento a la emoción
La clasificación principal fue más de lo mismo: un Verstappen dominante en la Q3 que le sacó cuatro décimas de segundo a Norris. Piastri hizo una muy buena vuelta, pero infringió los límites de pista y tuvo que arrancar séptimo, dejando a Russell tercero y a Sainz cuarto. La bandera verde ondeó el domingo con los dos líderes del campeonato arrancando al frente y sin mayor novedad. Verstappen y Russell largaron bien, Piastri en cambio perdía terreno por montones tras un toque con Leclerc. El monegasco llevo la peor parte y tuvo que entrar a pits por un alerón delantero nuevo.
Los Mercedes, por su parte, empezaron a competir entre sí como lo hicieron los McLaren en el sprint mientras Verstappen y Norris desaparecían en la distancia. Sainz después adelantó a Hamilton en la vuelta siete y defendió exitosamente; atrás, Piastri adelantaba sin mayor problema a Sergio Pérez por el sexto lugar. En la vuelta quince, Alexander Albon adelantó a Leclerc: un acontecimiento tan extraño como deprimente para los tifosi. Verstappen y Norris entraron a pits llegando a la mitad de la carrera, uno detrás de otro, dejando a Piastri en punta y saliendo ambos con el Pirelli duro apostándole a una parada más y un remate con medios.
Dos vueltas después entró Piastri, devolviéndole la punta a Verstappen mientras Norris mejoraba la vuelta más rápida. Todo permaneció igual por largo rato, con el holandés volador manteniéndose entre siete y ocho segundos por encima de Norris, hasta que pasó lo que pasó y el resto de la carrera quedó en manos de Russell. Lo visto hoy en Austria le subió la temperatura a una temporada de F1 que empezó este 2024 algo dócil, pero es cada vez más emocionante. ¡Sigue Silverstone dentro de ocho días y cualquier cosa puede pasar!