Lewis Hamilton demostró la típica perseverancia inglesa al ganar el Gran Premio de Sao Paulo en Brasil. El piloto de Mercedes empezó el fin de semana con todo en contra: una descalificación en el Sprint del sábado y una penalización de 5 puestos por tener un motor nuevo. Entre ambos castigos, Hamilton tuvo que partir en el décimo puesto, pero logró remontar hasta la victoria. Max Verstappen llegó en el segundo puesto después de resistir todo lo que pudo ante una arremetida brutal por parte de Mercedes-AMG. En tercer puesto llegó Bottas sin mucho espectáculo. El premio de consolación para Red Bull fue la vuelta rápida de Sergio Pérez a último minuto.
Ante las adversidades, pie derecho a fondo
El Gran Premio de Sao Paulo en Brasil tenía a todo el mundo emocionado con ese revuelto de pilotos. Valtteri Bottas empezó la carrera en la punta, seguido de cerca por Verstappen y Carlos Sainz. Al arrancar, Verstappen volvió a demostrar su valentía y superó a Bottas de inmediato. Sergio Pérez también lo pasó con relativa facilidad y todo apuntaba al dominio de Red Bull, pero no por mucho tiempo.
Desde el décimo puesto, Hamilton le sacó el jugo a su nuevo motor y subió 6 puestos en solo 3 vueltas. Para la quinta vuelta pasó a su compañero, o éste más bien lo dejó pasar y se ubicó de tercero. Luego de eso empezó una fuerte cacería hacia Pérez hasta que en la vuelta 18 lo pudo pasar, pero el mexicano recuperó su puesto un par de curvas más adelante. En la vuelta 19 lo pasó definitivamente y el mexicano no pudo recuperarse. Ya le estaba respirando en la nuca a Verstappen y no habría manera de que se lo quitara de encima.
La ventaja de un motor fresco
En este punto, Red Bull sabía que no podría parar a Hamilton solo con potencia y apelaó a la estrategia de paradas. Sin embargo, Hamilton los sorprendió y paró en la vuelta 27 para salir en el puesto 6. Verstappen paró justo después y salió de tercero, apenas delante de Hamilton que pudo subir 2 puestos en una sola vuelta. Sergio Pérez paró en la vuelta 29 y salió de quinto, aunque superó a Ricciardo, quedó detrás de Bottas y Hamilton. Para que Mercedes no los volviera a coger por sorpresa, Red Bull hizo que Verstappen parara en la vuelta 41 y su compañero en la 43 para poner el último juego de llantas. Los de Mercedes reaccionaron de inmediato e hicieron parar a Hamilton en la vuelta 44 y Verstappen pudo subir de nuevo a la punta.
Esto dejó a los 2 pilotos con la libertad de hacer la última pelea por puro talento. Verstappen estaba resistiendo bien, pero con llantas y motor frescos, era hora de hammertime. En la vuelta 48 el campeón pasó al aspirante, pero en plena pelea ambos se salieron de la pista y Verstappen no se dejó pasar. Después de varias provocaciones entre los 2, Hamilton pasó a Verstappen en la vuelta 59 con una maniobra limpia y ahí se definió la carrera. El holandés nunca lo pudo alcanzar luego de eso y terminó llegando en segundo puesto. Al final, Pérez logró el récord de vuelta y se lo quitó a Hamilton justo en el último minuto.
¿Y los McLaren?
El equipo de Woking tuvo un fin de semana muy normal. Al inicio de la carrera, Lando Norris tuvo una desafortunada pinchadura por un toque con Sainz y cayó al último puesto. A partir de ahí comenzó a subir y superó a Tsunoda, a Russel y Latifi en vuelta 10 y superó a Räikkönen en la vuelta 12. El piloto logró subir puestos a lo largo de toda la carrera y al final terminó en décimo puesto.
Lastimosamente Ricciardo no corrió con tanta suerte. Aunque hizo un buen trabajo peleando por mantenerse en la zona de puntos con Vettel y Ocón, se tuvo que retirar en la vuelta 51 por un problema técnico. Entre los 2 pudieron poner el nombre de Rappi en pantalla, pero no de forma protagonista. El Gran Premio de Sao Paulo en Brasil dejó claro que Hamilton es un piloto de temer, aún con todos los factores en contra.