Esta temporada de carreras de Fórmula 1 nos va a causar un infarto en algún momento. En un resultado totalmente inesperado, Lewis Hamilton ganó el Gran Premio de Rusia en las últimas vueltas de la carrera. Max Verstappen logró un segundo puesto y vaya que se lo ganó, pues arrancó desde el puesto 20 y pudo escalar hasta el podio. La sorpresa de la jornada fue Carlos Sainz, quien se ubicó en el tercer puesto. La victoria pudo ser para Lando Norris, pero su terquedad y falta de experiencia lo relegaron al puesto 7.
Una parrilla revuelta
Las cosas se estaban tornando raras y húmedas en el Gran Premio de Rusia desde la clasificación. La Q3 se canceló el sábado por lluvias fuertes y los equipos no se habían terminado de acomodar para la clasificación. Por eso, la parrilla de salida estaba revuelta y a eso hay que sumarle algunas penalidades, por lo que varios pilotos estaban en lugares atípicos. La carrera empezó con Lando Norris, seguido por Carlos Sainz, George Russell, Lewis Hamilton y Daniel Ricciardo en el quinto puesto. Max Verstappen salió de último puesto por una penalización.
La largada
Norris largó bien, pero Sainz lo superó y Russell mantuvo el tercer puesto como un muro imbatible. Detrás de él mantuvo a Hamilton, que cayó al sexto puesto y arrancó suave para no tocar a nadie. Esta vez, el británico sabía que esta carrera se ganaba con paciencia y estrategia. Verstappen estaba ansioso por subir puestos y pasó a Bottas en la vuelta 13, subiendo al puesto 14. Norris recuperó la punta ante Sainz en la vuelta 13 y todo parecía que la victoria sería suya. George Russel tuvo que parar a cambiar neumáticos en la vuelta 12 y liberó a todos los que tenía detrás, algo que empezó a revolver las cosas aún más.
En la vuelta 13 Sainz tuvo que parar y Ricciardo pudo subir al segundo puesto. El ritmo de ambos nos hizo pensar que se repetiría lo que pasó en la carrera pasada, pero con los pilotos invertidos. Para ese entonces, Verstappen subió al puesto 6 detrás de Alonso ya que la mayoría había parado. Para la vuelta 15, la carrera era un pulso para ver quien paraba de último entre los McLaren, Hamilton, los Red Bull y Fernando Alonso. Ese pulso duró hasta la vuelta 23, cuando Ricciardo entró a pits, pero por una mala parada cayó al puesto 14. Hamilton hizo el amague de entrar y engañó a los de McLaren, quien terminó parando en la 27 al igual que Verstappen y Vettel.
El principio del Fin
En la vuelta 28 Norris paró, cayó al puesto 4 y seguía delante de Hamilton y Verstappen. Mientras tanto, en la vuelta 34 pasó a Leclerc, quien no había parado antes y demostró que estaba desesperado por ganar. Para la vuelta 37 recuperó su primer puesto, seguido por Hamilton y Sainz con Ricciardo que logró subir al puesto 4 de nuevo. Fuera de la batalla entre Pérez y Ricciardo por el cuarto puesto, todo estuvo tranquilo hasta la vuelta 46, cuando empezó a llover.
Los pronósticos decían que no llovería y las nubes se veían lejanas, pero de todas formas empezó a llover sobre el Gran Premio de Rusia. Los pilotos de la punta estaban batallando por mantener el control en la pista mojada. La carrera se puso resbaladiza y Verstappen, Sainz y Ricciardo pararon para poner llantas de lluvia en la vuelta 49, seguidos por Hamilton. Sin embargo, Norris se reusó a parar a pesar de las súplicas de su equipo por el temor de que Hamilton lo superara.
La terquedad le jugó una mala pasada
Con tan mala suerte que en la vuelta 51 Hamilton lo pasó por su terquedad; la lluvia lo hizo patinar fuera de la pista y no pudo recuperarse. En la vuelta 52 cambió de llantas solo para no retirarse. Cayó al puesto 7, pero se quedó con la vuelta rápida y el título del piloto del día. Si tan solo hubiera escuchado a su equipo y parado cuando le dijeron hubiera ganado. En lugar de eso, le dejó el camino libre para que Hamilton ganara su centésimo Gran Premio, Seguido de Verstappen, Sainz y Ricciardo, que llegó de cuarto al final.