Sin sorpresas pero con una buena carrera, Max Verstappen venció en el Gran Premio de los Países Bajos. El piloto holandés dominó la clasificación, gran parte de la carrera, se quedó con la vuelta rápida y el título de piloto del día. Justo detrás llegó George Russell, quien escaló al podio gracias a una sabia decisión. En tercer puesto llegó Charles Leclerc, a quien su equipo no le falló del todo, pero que tampoco le representó ninguna ventaja. A estas alturas es claro de quién es el campeonato, pero no lo digamos para no arruinarle la suerte.
Un arranque de manual
El arranque del Gran Premio de los Países Bajos estuvo tranquilo, sin cambios importantes de posición, salvo por 3 puestos ganados por Ocon, 2 por Stroll y 2 por Vettel. En un principio, Russell no estaba brillando como se esperaba, ya que Lando Norris lo pasó sin mucho esfuerzo, pero el inglés apenas estaba calentando.
En la vuelta 15, Carlos Sainz paró a cambiar llantas y el equipo hizo lo suyo. Nos referimos a que le arruinaron la carrera con una parada de 12 segundos, ya que lo llamaron a cambiar llantas, pero no tenían una rueda lista. De paso, también afectaron a Pérez, ya que dejaron una de las pistolas mal puesta y el piloto mexicano pasó sobre ella. Ese desastre condenó al español a caer hasta el puesto 9. A partir de ahí sólo logró recuperarse hasta la quinta casilla, pero una penalización lo relegó al octavo puesto. Luego de esto no pasó nada interesante hasta la vuelta 44, así que vamos a saltar hasta allá.
Cuando nada sale como se planeaba
En ese giro, Yuki Tsunoda tuvo un serio problema con su Alpha Tauri y tuvo que parar a un lado de la pista para intentar resolverlo. Pudo volver a arrancarlo, llegó a pits donde lo trataron de resolver, pero al salir volvió a quedar varado. En ese momento se generó una bandera amarilla y un auto de seguridad virtual. Los de Red Bull aprovecharon para que Verstappen parara a cambiar llantas y ambos autos de Mercedes-AMG hicieron lo mismo.
En ese momento, los 3 punteros estaban haciendo récords de vuelta, haciendo una demostración de fuerza que no se podía sostener, al menos hasta la vuelta 55. Valtteri Bottas iba de lo más tranquilo por la recta principal cuando su Alfa Romeo se quedó sin potencia. Tuvo que dejar el monoplaza a un lado de la pista y generó otra bandera amarilla con auto de seguridad. En este momento, Red Bull volvió a hacer que Verstappen parara y le pusieron llantas suaves. George Russell pidió que también le pusieran llantas suaves para pelear con uñas y dientes, pero se olvidaron de Hamilton, quien tenía llantas medias usadas. Así que el heptacampeón se quedó sin argumentos con qué pelear la victoria.
Las herramientas ayudan al campeón
Ni bien se reanudó la carrera en la vuelta 61, Max Verstappen dejó ver su sed de victoria y adelantó a Hamilton con facilidad. Luego, Carlos Sainz Jr. quería recuperar algo de la carrera y adelantó a Sergio Pérez tan pronto como pudo, pero no pudo hacer nada más después de eso. Volviendo con Hamilton, el inglés desahogó su frustración contra su equipo por no cambiarle las llantas, ya que perdió puestos contra Russell y Leclerc, quien también puso llantas suaves. Sin más que hacer, solo se pudo consolar con un cuarto puesto.
Mientras tanto, Verstappen se alejó y de manera cómoda se llevó la victoria del Gran Premio de los Países Bajos, seguido de George Russell y Charles Leclerc. Y así de fácil, el holandés extendió su ventaja a 109 puntos sobre Pérez y Leclerc, en un campeonato que ya parece resuelto, a menos que un milagro ocurra para Ferrari.