Empecemos con la mecánica de un Renault 4, pero pongámosla en una carrocería monococo con un diseño angular y modernista. ¿Qué obtenemos? Un Renault 5. Ahora hagamos algo más extremo: cortémosle todo el piso trasero a un Renault 5 y pongamos un motor turbo donde normalmente irían los pasajeros. ¿El resultado? Un pequeño monstruo, ícono del exceso y la locura que caracterizó a los años 80s: el Renault 5 Turbo, una leyenda que este mes cumple 40 años. Para celebrar, hoy le dedicamos nuestra sección Classico con un vistazo exclusivo a uno de los pocos Renault 5 Turbo en Colombia.
Mayo, 1980, Dieppe.
La historia del Renault 5 Turbo, como tantas buenas historias, empieza con un raye. En 1973 el Alpine-Renault A110 ganó el primer campeonato de constructores del World Rally Championship, pero en 1974 el Lancia Stratos barrió toda la competencia. Jean Terramorsi, vicepresidente de producción de Renault, quería revancha y comisionó el diseño de un carro para destronar al Lancia Stratos y su motor Ferrari central. Marc Deschamps y Marcello Gandini, ambos empleados de la casa Bertone, respondieron al llamado con una versión modificada del Renault 5 Alpine. Y cuando digo modificada, quiero decir completamente descabellada:
Y si el Renault 5 Turbo se ve así de espectacular todavía, ¡ahora imagínese hace 40 años! Quedan vestigios del diseño compacto y urbano del Renault 5 original, pero el exterior está ahora repleto de toques deportivos y extremos. Lo más llamativo son esas caderas anchas atrás, necesarias para acomodar horizontalmente el propulsor Cléon-Fonte de cuatro cilindros en línea y 1.397 cc. Apoyado por un turbocargador Garrett, este motor producía 160 HP y 155 libras-pie de torque en su versión de calle y todavía más para las versiones de carreras. Y si le parece poquito: uno, considere que toda la potencia iba a las ruedas traseras y, dos, el carro pesaba apenas 910 kilogramos.
Para cumplir la normativa del Grupo 4, la categoría bajo la cual se corría entonces el WRC, Renault debía producir 400 unidades de calle. Esta responsabilidad no se le asignó a Renault Sport, sino a los artesanos de Alpine en Dieppe. En mayo de 1980 empezaron a salir de la línea de ensamblaje los primeros Renault 5 Turbo, conocidos como Serie I, equipados con el extravagante interior art-deco que se ve en las fotos. La variante Turbo 2 siguiente tenía un interior más sencillo y son menos coleccionables. Ah, ¿y ese garabato en el tablero? El autografo de nadie menos que Jean Ragnotti.
Cuando Quattro es más que 5
Fue en manos de Ragnotti que se hizo realidad la vendetta que dio origen al Renault 5 Turbo. La temporada 1981 arrancó con una victoria dominante de Renault en los caminos nevados del Rallye Automobile de Monte-Carlo. Su rendimiento, sin embargo, no fue consistente y el campeonato se lo llevó Talbot. En 1982, Lancia regresó por lo suyo con el monstruoso Rally 037, también sobrealimentado y de motor central, pero el esperado duelo Lancia-Renault pasó a un segundo plano. Fue entonces que llegó algo que ni Lancia ni Renault estaban preparados para combatir: el innovador Audi Quattro. Con él llegó la reglamentación del Grupo B y el mundo del rally cambió para siempre.
El R5 Turbo, el 037 y el Opel Ascona estaban mandados a recoger: en su lugar, la competencia fue dominada por titanes tracción total como el Audi Quattro, el Lancia Delta y el Peugeot 205 T16. El Renault 5 Turbo, sin embargo, volvió a correr el Tour de Corse francés en 1982 y 1985, llevándose la victoria gracias al hábil manejo de Ragnotti. Lamentablemente, quedar atrapado en ese periodo de cambio impidió que el R5 Turbo demostrara todo su potencial. Pero lo que nunca va a cambiar es el impacto cultural de este pequeño gigante. El año pasado, Sotheby’s subastó un Renault 5 Turbo Serie 1 como el de este artículo en €86,250. Y eso que sin la firma del gran Ragnotti…