Para ser una marca que ahora pertenece a Stellantis, gracias a unirse con el Grupo PSA, Opel no puede ignorar su pasado. Por mucho tiempo estuvieron afiliados a General Motors, lo que les dio acceso a varios modelos internacionales. Con el Opel Frontera Gravel, un concepto cargado de accesorios todoterreno, la marca alemana recuerda que alguna vez ese nombre era sinónimo con modelos utilitarios de Isuzu. Y está bien, en especial cuando el público parece amar esos crossovers con aire aventurero.
Lo que aquí ve, dice Opel, es un concepto único, así que no es seguro que veamos un Frontera Gravel todoterreno de producción. Posiblemente la marca esté “tanteando” y viendo la recepción del público para llevarlo a la realidad, después de todo fueron sus fanáticos los que ayudaron a crearlo. Al menos eso asegura Opel, al decir que consultaron a “muchos entusiastas” del off-road.
Softroader eléctrico por definición
Opel se unió a los especialistas todoterreno XS y BlackFish en Alemania para darle forma al Frontera Gravel.
Se basa en la nueva generación del Frontera, que en su pasado era un Isuzu Rodeo 4×4, en sí basada en la pickup LUV, de los años noventa. Sólo que esta reencarnación es más un SUV familiar, con una plataforma compartida con el Peugeot 2008, Jeep Avenger y Fiat 600, aceptando motores híbridos o 100% eléctricos.
Y sí, este Frontera aguerrido es eléctrico, con un motor frontal que entrega 154 hp. No, Opel no quiso hacerlo de tracción integral, admitiendo que es un softroader para divertirse en la tierra o barro, sin ir a demasiados extremos. La tracción total se queda para su primo compacto, el Fiat Panda.
Cargado de accesorios
Apreciamos la sinceridad y el hecho que este Frontera tiene todo tipo de accesorios interesantes. Como una pintura color arena mate, una barra LED al frente, un winche de arrastre, ganchos de rescate, acentos naranjas y contrastes de color negro en el techo y capó.
Una rejilla de carga en el techo Thule con anclajes al frente contiene herramientas y almacenamiento adicional, una rueda de repuesto y otra barra LED auxiliar. A los costados se encuentra una tercera caja de almacenamiento adicional y placas de rescate para arena o nieve. Todo se complementa con gráficos en los costados y rines Borbet de 16” con calzado BFGoodrich mud-terrain.
No está para nada mal, así falte un segundo motor en el eje trasero. O un sistema de tracción total como el Avenger 4xe, que deja al motor a combustión moviendo el eje frontal y uno eléctrico para asistir al eje trasero en condiciones de poco agarre o a bajas velocidades. Al menos nos da una idea de lo que sería el primer Opel “off-road” en casi tres décadas, con una fuerte posibilidad de llegar a producción, así sea limitada o como un paquete extra para el Frontera.
