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¿Cuál es la mejor forma de abandonar el equipo que tantas glorias nos dio? Con el vehículo más salvaje, aerodinámico y extremo posible. Eso es lo que acaba de darnos Adrian Newey, ese hombre que en vez de cabello tiene un túnel de viento en su cabeza, genio que le permitó crear esto: el Red Bull RB17 hypercar.

¿Y sabe una cosa? No está 100% terminado. Pero ni Red Bull o Adrian Newey quisieron contener las ganas de mostrar al mundo (en Goodwood) la absoluta locura que será el RB17. Un híper auto sin comparación capaz de girar en Silverstone tan rápido como un monoplaza de F1. Eso es tiempos de vuelta que rondan el minuto diez a minuto veinte, por cierto.

Con tanta locura, Red Bull parece una compañía que hace de todo y que casualmente vende bebidas energéticas ahí como fuente secundaria de ingresos.

Más de una década en gestación

La idea de crear el auto de pista (y calle) definitivo comenzó a gestarse en la cabeza de Newey desde 2010. En ese momento la gente de Sony se acerca al ingeniero y le pide imaginar el monoplaza de F1 del mañana, que termina siendo el Red Bull x2010.

Desde ahí comienza a dar vueltas esa idea de un híper auto como ningún otro, cuya segunda forma se manifiesta en el Aston Martin Valkyrie, fruto de la alianza Red Bull-Aston Martin hace unos años. No contento con el Valkyrie, Adrian Newey decidió eliminar todos los limitantes y crear el vehículo perfecto, visión que el Red Bull RB17 pretende llenar.

Además, este es el regalo de despedida de Newey al equipo de “los toros rojos”, antes de que su contrato expire este año.

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Parece un modelo de otro mundo, como si un F1 y un Hypercar de Le Mans tuvieran un hijo. Se verá bien junto a un McLaren Solus GT.

La gloria de los motores V10

¿Por dónde empezar? Quizá por su motor V10 naturalmente aspirado, diseñado por Cosworth y elegido por Newey porque “la era V10 fue la mejor de F1”.

Motor que, por sí solo, produce mil caballos de potencia y roza las 15.000 revoluciones por minuto, para el deleite de nuestros oídos. Un motor eléctrico añade unos 200 equinos a la mezcla y actúa como primera marcha y reversa, moviendo al RB17 a baja velocidad y agregando más poder que viaja a las ruedas traseras. Como no puede ser de otra forma, la transmisión es secuencial y de seis marchas.

El motor pesa 150 kg, 50 menos que el Valkyrie, además de actuar como un soporte activo del chasis monocasco en fibra de carbono. En total, el RB17 pesa menos de 900 kilogramos y tiene espacio para dos personas porque Newey piensa que su locura puede compartirse con un pasajero.

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Adrian Newey imaginó al RB17 y sólo se encargó de transmitir esa visión en un programa de diseño.

El deportivo definitivo… según Newey

Si el motor es magistral, la ingeniería tras la construcción y aerodinámica del RB17 son cosas dignas de un Nobel en ciencia. Sin las ataduras de las regulaciones de F1, lo que hizo Newey fue usar todo lo aprendido en esa categoría y aplicarlo a un auto de calle.

Mire nada más su alerón frontal, que dirige el aire a túneles entre las ruedas, cada una separada de la carrocería. Estos ductos viajan hacia los pontones laterales y eliminan la turbulencia, enviando aire “limpio” al alerón trasero. Si eso no basta, mire ese enorme difusor de doble canal, equipado con ventiladores y piezas móviles para controlar el nivel de carga aerodinámica que producen. En esencia, una evolución radical del concepto fan car de Gordon Murray.

De hecho, el único limitante del RB17 fueron sus llantas, algo que le pasa también a Koenigsegg. Michelin desarrolló una serie súper secreta de llantas slicks, las cuales aún no serán reveladas para no arruinar la sorpresa. Sólo sabemos que Red Bull tiene diferentes opciones de llantas, incluyendo un plan para “calmar” al RB17 y homologarlo para calle, para aquellos que así lo deseen.

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Mire esos difusores y aletas, este es el resultado de dar rienda suelta a la mente de Newey.

Y por supuesto, la suspensión es activa tipo pushrod como el RB19 o RB20 que dominan F1, con frenos de disco con compuesto en carbono. Aparentemente el RB17 puede superar los 350 km/h y generar 1,7 toneladas de carga aerodinámica.

Sólo faltan los toques finales

Con todo esto dicho, lo que aquí ve no es el modelo final. Es un modelo a escala mayor, ya que Newey desea “encoger” un poco al RB17 final. Red Bull terminará el desarrollo de este modelo en 2025, para iniciar la producción de 50 ejemplares en 2026. Cada uno con un costo por encima de los ¡cinco millones de euros!

¿Por qué existe el RB17? Para ser la máquina de conducción definitiva. Es el fruto de todo el genio de Adrian Newey en sus casi cuatro décadas de trabajo en Fórmula 1. Y creo que en ese aspecto, apenas con las simulaciones y pruebas secretas de Red Bull, Newey cumplió su misión.

Por cierto, el interior es aún un secreto, pero Newey espera pocas pantallas, botones físicos y un ambiente sin distracciones para disfrutar el acto de ir rápido.

Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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