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Hace 5 o 10 años era inconcebible que un carro eléctrico costara lo mismo que uno convencional. Aún hoy en día parecen prohibitivos, razón por la cual BYD se propuso a cambiar eso. Primero fue el Seagull y ahora refuerzan la idea de un carro que compita con camionetas con motor a combustión con esto: la nueva Yuan Up que BYD presentó con bombos y platillos en Colombia.

Ya sé, las comparaciones son odiosas. En especial cuando se tiene una marca de origen chino junto a varias más establecidas. Pasa que, cuando esa casa oriental trae a la mesa un carro equiparable o superior a los modelos contemporáneos de su segmento en varios aspectos, es difícil no trazar los paralelos.

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Dato curioso: la plataforma es evolución del Seal y tiene las baterías selladas bajo la carrocería. ¿Garantía? 8 años o 500.000 km.

Así que, cuando la BYD Yuan Up irrumpe en Colombia con un precio de $104.990.000, valor que no compite ni siquiera con otros eléctricos de tamaño similar, más vale que las marcas establecidas tomen nota y respondan de una manera u otra.

Jugadora disruptiva en su segmento

Así como ocurrió con el Seagull, Motorysa y BYD tuvieron el gesto de invitarnos a probar la Yuan Up mucho antes que cualquier otra persona en Colombia.

Aquí ocurre algo muy interesante desde la perspectiva de quien reseña y es unir un criterio que, hasta ahora, mantuvimos separado. Con confianza puedo decir que esta es una camioneta compacta que no puede juzgarse como un eléctrico más, es imperativo medirla como si tuviera un motor a combustión.

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La paleta de colores incluye el plateado, un azul bien logrado y un verde pistacho que no desentona. ¿Puerto de carga? CCS tipo 2.

¿Por qué? Bueno, es porque viene a competir directamente con una plétora de B-SUVs de esa índole, como la Chevrolet Tracker Turbo, la Renault Kardian, la Volkswagen T-Cross, incluso la Toyota Yaris Cross híbrida, por mencionar sólo algunas.

Ignoremos su motor por el momento: la Yuan Up encaja en lo que espera ese segmento. Espacio para cinco personas, una extensión de 4,3 metros, baúl decente, pantalla con conectividad inalámbrica a dispositivos móviles, aire acondicionado, vidrios eléctricos y caja automática. Si tuviese cuatro cilindros bajo el capó, sería una competidora más en un segmento en el que es difícil destacar dada la gran similitud de sus “jugadoras”.

Eléctrica, especial y polivalente

Ahí es donde reside la genialidad (y casi locura) de BYD: hallar la manera de reducir tanto el precio de esta camioneta, que su propia naturaleza eléctrica sea el factor que la haga tan especial.

Entonces, ¿es la última maravilla? ¿una revelación completa? No seré de claros ni oscuros, está bien, solamente bien. Es un carro que tiene el potencial de cambiar nuestro mercado, sin ser una completa reinvención del automóvil. Va usted a analizar y la Yuan Up es una camioneta familiar competente, bien equipada y de buenos acabados.

No es que solamente el ser eléctrica sea su única salvagracia, es el hecho que no hay nada como tal en Colombia. Es una camioneta que apunta al corazón de un segmento, a la vez que técnicamente no pertenece a este. No son sandeces ni nada por el estilo, mi veredicto es que la BYD Yuan Up es un comodín en esa gama. En un mundo de encasillar y clasificar todo para entenderlo, BYD permite que esta camioneta sea lo que quiera y junte lo mejor de dos mundos.

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No puedo evitar hallar algo de Mercedes-Benz EQB, Mini Countryman y Smart #1 en su diseño.

La norma establecida dice que es una SUV juvenil y perfectamente cumple el rol. Puedo ver un grupo de universitarios “parchando” hacia el Neusa, Melgar o algún destino así. Pero también veo adultos por encima de los 35-40 usándola, digamos un matrimonio que quiere algo para llevar sus hijos pequeños o adolescentes Es cómoda y de buen acceso, conductores mayores también la disfrutarán. Hasta tiene ciertos tintes premium, como si la Yuan Up quisiera gritar a los cuatro vientos que no tienen nada que envidarle a Tesla. Y para el ambientalista o adicto a la tecnología (sí, los hay en Colombia), BYD ofrece un paquete convincente para ellos con esta Yuan Up. Que debía llamarse Yuan Pro, pero en Latinoamérica prefirieron el primero.

Colocando más chispa a su segmento

Rastreando los finos detalles, esta camioneta hace bien lo que uno espera. Sus asientos son cómodos en viajes largos (más de 3 horas), pero al ser eléctrica el espacio de la cabina es magnífico para ambas filas. La insonorización es buena cortesía de los buenos sellos alrededor de las enormes puertas; a menos que transite a más de 150 km/h, pero muy pocos lo harán.

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BYD balancea buenos materiales con dos interfaces claras y equipamiento más que justo para sus pretensiones.

Ninguna de sus dos pantallas tiene nada fuera del otro mundo (salvo que una gira 90°), pero cualquier persona apreciará que el celular se conecta rápido al Bluetooth o el CarPlay. También valorarán el buen suporte lumbar, su volante telescópico y la visibilidad decente, mejorada por una cámara 360°.

Y como es eléctrica, ninguna de sus rivales acelera tan rápido. Con sus 290 Nm de torque disponibles desde cero, la BYD Yuan Up despega muy bien de 0 a 60 km/h; la marca nos dice que completa el 0-100 en 8 segundos, aunque según mis mediciones fue más cercano a 9. No que importe, no encontrará una camioneta con esa aceleración en su gama.

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Ese ornamento de la palanca de cambios, para dar algo de estatus y que se sienta como un selector de marcha más contemporáneo.

Como ocurrió con el Seagull, los acabados son bien logrados, de buen ajuste, sin errores de fabricación escandalosos y con algunos detalles coquetos espolvoreados para descrestar. Como iluminación ambiente, la carga inalámbrica de celular, los vidrios de un toque o la palanca de cambios que parece más un ornamento de cristal.

Sensaciones de manejo encima de lo esperado

¿Manejo? Además de la aceleración, una vez más esta bien, es muy correcta. Si usted es algo arriesgado, notará que el centro de gravedad le ayuda a la Yuan Up a negociar las curvas y plantarse como si no midiese 1,67 metros de alto. El control de estabilidad balancea bien sus 1,5 toneladas de peso, que parecen de mentira porque el frenado regenerativo en carretera es fantástico. No detiene por completo el carro, pero se puede manejar con un pedal sin problemas, salvo en frenadas de emergencia (claro está).

Algo curioso pasó con la Yuan Up y es que se siente más ágil y compacta de lo que es. Inspira una confianza de que entra en espacios pequeños, como si fuera un city car. ¿Autonomía? BYD nos dice que 380-400 km aunque en la prueba de ruta esa figura se sintió optimista. En condiciones más reales unos 320 a 350 km de su batería de 45 kWh parecen más sensatos.

Como muchos eléctricos, la forma en la que se usa la potencia es curiosa. Esos 174 caballos galopan con soltura hasta los 70-80 km/h, se toman un respiro y luego repuntan al cruzar los 130 km/h, hasta una velocidad limitada a 170. Adelantar es pan comido, las maniobras evasivas ocurren sin drama y el frenado es notable, cortesía de frenos de disco en las cuatro ruedas. Y la suspensión es sorpresivamente suave, pero sin sentirse cual nube desconectada del camino.

BYD tomó un riesgo… y podría resultar muy bien

Como todo, no voy a pretender que la Yuan Up es pura perfección, de hecho BYD sabe muy bien que ese precio para Colombia requiere sus sacrificios. Faltaron algunas ayudas ADAS, como la detección de carril o frenado de emergencia. Las alertas dentro del vehículo parecen mudas e incluso subir el volumen del sistema en la pantalla no soluciona el asunto.

El aire es de sólo una zona y los controles en el volante son algo confusos, requieren su tiempo para dominar. El cuadro de instrumentos pudo tener más información y personalización, aunque ese detalle es más quisquilloso. Podría decir que su baúl pudo ser mejor, pero se antoja suficiente para lo que pretende esta camioneta.

Finalmente está su diseño, el cual es un polo opuesto al Seagull. Mientras aquel es atrevido y poco convencional, la Yuan Up es más contemporánea. Seguro, tiene algunos tintes lindos aquí y allá, como las luces traseras 3D o el pilar C con “techo flotante”. Pero no es ofensiva, se atavía con colores pastel y se funde en el tráfico, moviéndose silenciosamente sin acaparar demasiado la atención. Hey, hay personas a las que les encanta eso y es válido buscar un vehículo con dicha apariencia.

Tan solo el riesgo de colocar esta camioneta a ese precio es digno de valorar. Como preparar una receta difícil por primera vez, hay asperezas que limar, sacrificios necesarios para que tenga la consistencia requerida. ¿Me atrevo a llamarla un diamante en bruto? Más bien una piedra preciosa que, en muchos círculos y para muchas necesidades, tiene el potencial de ser un tesoro.

Para otros, es una eléctrica más y está bien. Y para el resto del mercado, es turno de responder y competir con la primera rival verdadera sin gasolina ni pistones.

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Andrés Suárez
Cine🎬/Fotografía📸/Autos🚗. A veces hablo locuras sobre carros en Fuel Car Magazine.

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