Como un baldado de agua fría, muchos conductores se encontraron con alzas increíbles en muchas casetas de peajes, algo que nadie esperaba para iniciar 2025. Y si bien se anunció claramente que se aplicarían dos aumentos paulatinos, las tarifas que encontraron los conductores fueron mucho más elevadas de lo esperado.
Entonces, ¿qué pasó? Aparentemente hay una explicación y se debe a la palabra favorita de muchas entidades privadas o gubernamentales: déficit. La ministra de Transporte, María Constanza García, defendió las medidas señalando documentos y acuerdos firmados hace años que, curiosamente, hasta ahora fueron revelados.
Las tarifas sorpresa
La polémica inició por las alzas desproporcionadas que muchos usuarios reportaron en peajes concretos, como Andes (Autopista Norte saliendo de Bogotá) Vías del Nus o Aburrá (en Antioquia). Allí se vieron aumentos del 30, 40 y hasta 60% de la tarifa, alcanzando valores entre los 16 y 30 mil pesos.
Tomando por ejemplo los dos peajes por la salida norte de la Capital (Andes y Fusca), la tarifa para carro particular saltó de $11.200 a $15.400. Mucho más que el 4,64% pactado para el 1° de enero, con otros dos ajustes leves proyectados para el 16 de enero y 1° de abril del presente año.
Como explicamos en una anterior nota, estos aumentos corresponden al índice anual del IPC (Índice de Precios al Consumidor) al igual que una nivelación de las tarifas que necesitaban tener los peajes en Colombia durante 2025. Como ya se imagina, el aumento repentino no fue explicado ni anunciado, llevando al descontento de muchos conductores.
Aumento legal, aparentemente
Primero, debe entender que las entidades privadas que administran vías y peajes, desde el gobierno de Juan Manuel Santos, pueden hacer ajustes a las tarifas en base a costos operativos, obras adicionales, etc. En otras palabras, además de los incrementos a peajes aprobados por el Gobierno, las entidades privadas pueden sumar otros ajustes adicionales.
La ministra de Transporte indica que este aumento en el peaje Andes afuera de Bogotá se debe a un contrato firmado en 2021 en el que increíblemente se aprueban incrementos como estos. Todo por obras proyectadas durante 2023 y 2026, aunque el primer aumento se movió a 2025 ya que el Gobierno congeló el alza de peajes. Dicho de otra manera, los decretos del Gobierno no definen de manera exclusiva las tarifas de los peajes y ese es el mundo en el que vivimos.
Lastimosamente, esos incrementos exorbitantes son legales y, por alguna razón, no se divulgaron con más claridad para terminar 2024. Los más afectados son los mismos trabajadores de dichas obras y los habitantes de esa zona en Bogotá, que tendrán que pagar un peaje más caro. O pagar un pasaje más caro, ya que la tarifa de buses subirá de forma acorde.
Si bien se entregaron cupos para conductores y transportadores con el fin de tener una tarifa preferencial, ello no significa que todos quienes lo necesitan fueron beneficiados. Parece que la tarifa alta de peaje se mantendrá así y eso que aún faltan dos aumentos; a menos que un paro de transportadores o conductores ponga presión sobre el asunto.
