Si hay algo que tienen en común los franceses y alemanes es que son complicados. Particularmente a la hora de diseñar cosas y darles nombres, como es el caso de hoy. Usted creería que la próxima berlina de DS (esa división de lujo de Citroën) se llamaría DS8 o DS9 pero no, la marca decidió llamarla el DS Número 8. O “N°8” para que sea aún más complicado de escribir.
Para no complicar nada más el nombre de este auto de lujo eléctrico, lo llamaremos DS Número 8. Ello sugiere que existieron 7 modelos de DS en toda su historia previo a este, pero en realidad el DS 8 es el número 11 si cuenta sus modelos chinos; apuesto a que alguien con trastorno obsesivo compulsivo amará ese detalle. De cualquier forma, DS asegura que el cambio de nomenclatura es para evocar las fragancias de Chanel (que se numeran igual) y como parte de una nueva era para la marca
Estilo neoclásico a la francesa
Con el DS Número 8, la casa francesa apunta a Audi y BMW. Ya veremos cómo les resulta ese asunto, porque excluyendo al Citroën DS19, los intentos de Francia por desbancar a los sedanes teutones de lujo no suelen ser fructíferos. Lo más increíble es que esta berlina puede clasificarse como un crossover, dada su posición elevada.
El diseño es, curiosamente, inspirado en el DS 19 y el concepto SM Tribute, pero con un giro moderno. Ciertamente es llamativo y para nada convencional, algo que siempre caracterizó a Citroën y DS. Sí, es un SUV, pero uno que rompe el molde y opta por ángulos marcados, cuñas integradas en el diseño frontal y trasero.
Se aprecia la parrilla iluminada, pero sin mucha exageración o las luces con formas abstractas y mucha verticalidad. También el detalle en el pilar C que recuerda a un techo tipo Landau de un carruaje o un auto clásico. DS al menos toma los diseños modernos y le da su propio toque, haciendo un vehículo para quienes deseen salir de lo convencional. El problema es convencer al resto del mundo que prefiere “apostar por lo fijo y más convencional”.
Poder eléctrico de Stellantis
Con el diseño impactante de un lado, van los números. Este rival del Mercedes-Benz EQS y BMW i5 viene equipado con uno o dos motores eléctricos. Las versiones de tracción delantera reciben 230 o 245 hp; mientras que el DS número 8 bimotor asciende a los 350 equinos. Ello con una inyección momentánea de 20 hp extra para mejorar su aceleración, que en el modelo más potente requiere 5,4 segundos para llegar a los 100 km/h.
Baterías de 74 o 97 kWh proveen energía y una autonomía estimada (en ciclo WLTP) entre los 600 y 750 km. Una suspensión adaptativa utiliza los sensores y cámara 360° para escanear el camino y ajustar el confort de marcha en tiempo real. Al final del día más que un deportivo, el DS Número 8 es una berlina suave y de andar aplomado.
Modernidad poco convencional
En la cabina sigue esa rareza francesa, con un volante en forma de X con un toque clásico y un gran logo de DS. El techo panorámico es fotosensible, abunda la alcántara y un tablero cóncavo alberga una enorme interfaz de 16”. Todo con la conectividad que imagina, asistencia de manejo y hasta ChatGPT integrado, por alguna razón. El sonido está firmado por Focal y su serie Electra, con 14 salidas de audio.
También tiene un head-up display y un modo nocturno, que proyecta mejor peatones y obstáculos de la vía al conductor; hasta una consola central iluminada con un motivo afín a una explosión de estrellas. Todo complemento de un vehículo llamativo para girar cabezas y no perderse en el mar de eléctricos más convencionales o hasta extraños.
¿Funcionará la apuesta de DS? De nuevo, el reto es atraer a un público que desee algo distinto o esté dispuesto a probarlo, además de tener la capacidad adquisitiva. Una tajada del segmento algo estrecha, pero que DS espera pueda conquistar y expandirse para por fin justificar la existencia de la marca lejos de su pariente Citroën.
