Ya es típico de Aston Martin lanzar la versión coupé primero, esperar unos meses y luego sorprender con un descapotable. Esta ocasión es aún más especial, porque lo que aquí ve es el convertible más poderoso y rápido en la historia de Aston Martin, el nuevo Vanquish Volante. Ignore al Valkyrie que es técnicamente Targa y de producción mucho más limitada, eso sí.
Por sí solo, el regreso del Vanquish fue un acto de rebeldía. Mientras otras marcas pasan a motores más pequeños, Aston optó por un clásico V12 sin ningún tipo de hibridación para motivar a su grand tourer más radical. Y, a diferencia del Vantage, este deportivo con aires vieja escuela sí merecía el apellido Volante.
Furia V12 descapotable
De su motor no hay demasiado que agregar, es un colosal V12 de 5,2 litros con dos turbo, afinado para enviar 824 hp y 1.000 Nm a las ruedas traseras. Basta para marcar un 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y llegar a los 344 km/h. Un segundo más rápido y 22 km/h más que el anterior Vanquish Volante, si se lo pregunta.
Como el Vantage, Aston Martin se encargó de reforzar el chasis del Vanquish Volante, al igual que ajustar sus amortiguadores Bilstein para contar esos 95 kg más de peso (para un total de 1.994 kg). Un diferencial LSD electrónico y una transmisión automática de 8 velocidades completan el paquete.
Exclusividad a flor de piel
El techo del Vanquish Volante puede replegarse en unos 15 segundos, a un máximo de 50 km/h. También puede abrirse de forma remota desde la llave o en un nuevo botón en la consola central. Por todo lo demás, la cabina no cambia respecto al Vanquish con techo rígido.
A pesar de ser biplaza (y no 2+2), la marca compensa agregando más rugido a los escapes cuádruples activos, actividad más entretenida que mirar las dos pantallas de 10,25”. Eso es, hasta que descubre los modos de manejo y cómo cada uno va “soltando las riendas” del Vanquish hasta que toda ayuda es apagada.
Aston Martin nos dice que limitará la producción de los Vanquish estándar y Volante, a unos 1.000 ejemplares anuales. Todo para que sean muy exclusivos, por si su valor cercano al medio millón de euros no basta.
