El devastador ciberataque que sufrió JLR (Jaguar Land Rover) a finales de agosto / inicios de septiembre ha tenido un impacto financiero masivo en la compañía, resultando en una caída estimada de $2 mil millones de dólares en ingresos. La publicación de nuevas cifras de la compañía reveló que las ventas a concesionarios se desplomaron un 24% durante el trimestre que finalizó en septiembre, con solo 66,165 unidades entregadas, lo que confirma el efecto paralizador del hackeo en la producción y la cadena de suministro.
El ataque obligó a la empresa a suspender la fabricación durante semanas, más de un mes entero, impidiendo la construcción de vehículos y el pedido de piezas a sus aproximadamente 700 proveedores. JLR, propiedad de la india Tata Motors, suele ensamblar cerca de 1,000 coches diarios en sus tres fábricas del Reino Unido.
El Gobierno Británico respalda a JLR con un préstamo de $2 mil millones de dólares

Ante la creciente preocupación de que los pequeños proveedores, algunos de los cuales afirmaron tener solo una semana de liquidez, pudieran quebrar, el Gobierno del Reino Unido garantizó un préstamo de $2 mil millones de dólares a Jaguar Land Rover tras el ciberataque. Se cree que esta es la primera vez que una empresa recibe ayuda gubernamental directa como resultado de un ciberataque.
La canciller Rachel Reeves se sumó a la defensa de la medida, señalando que protegerá «miles de esos puestos de trabajo» y una «parte vital de la industria automotriz británica». Por su parte, el sindicato Unite calificó el apoyo como un «primer paso importante» y exigió que el dinero se use para garantizar el empleo, las habilidades y el salario tanto en JLR como en sus proveedores.
El préstamo, que JLR deberá pagar en un plazo de cinco años, tiene como objetivo principal impulsar las reservas de efectivo de la compañía para que pueda ponerse al día con el «retraso de pagos» a sus proveedores.
JLR anunció el regreso a producción

El ataque, cuya autoría ha sido reclamada por un grupo conocido como Scattered Lapsus$ Hunters, obligó a los trabajadores de JLR a permanecer en casa desde el 1 de septiembre sin una fecha firme de regreso.
Sin embargo, la compañía anunció que han conseguido establecer una estrategia financiera lo suficientemente viable para retornar a sus actividades de producción el miércoles 8 de octubre, reanudándose las actividades en la fábrica de motores de Wolverhampton y el centro de baterías de Birmingham.