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Porsche ha tenido en su famoso SUV Cayenne la «gallina de los huevos de oro» que junto con el Boxster, la sacó de la crisis financiera en la que deambulaba hace casi 19 años y que por poco lleva a la quiebra a la hoy grandiosa compañía de autos deportivos. Aunque los puristas de la marca pusieron el grito en el cielo, ha servido para que Porsche sea lucrativa y los 718 y 911 no paren de ser fabricados.

Aunque los alemanes son metódicos y puntuales, no deja de sorprender el largo tiempo que se han tomado para ingresar en el infame sub-segmento de las SUV tipo «cupé», habitado por máquinas como BMW X6, Mercedes-Benz GLE Coupe y Audi Q8, entre otros vehículos con 4 puertas, parte baja de camioneta, pero techo bajo y aerodinámico de cupé. No voy a entrar en la polémica -que sé que ganaré- al decir que esos carros no son nada parecido a una verdadera cupé, así que hablemos de la nueva versión de la Cayenne.

La base de la SUV de Stuttgart continúa siendo la misma, pero Porsche decidió agregar un parabrisas más inclinado, un techo nuevo y más bajo, que describe una línea descendente a medida que se aleja del pilar B de la carrocería y se une a la parte trasera con una puerta de tipo «liftback». Por supuesto, para lograr todo ese cometido estético, los marcos de las puertas fueron alterados, lo que también resulta en unos cristales más pequeños en puertas y parte trasera.

Así mismo, la placa ya no está posicionada en la puerta del baúl, sino que es llevada hasta el parachoques, lo que deja el portón trasero más limpio para las ya clásicas luces traseras alargadas recorriendo punta a punta el ancho de la Cayenne Coupe de Porsche. A este arreglo lo corona el sistema de alerón activo que sobresale 135 mm (al sobrepasar los 90 km/h) y trabaja junto con el elemento aerodinámico del techo para crear fuerza descendente. No podría el mundo esperar menos del departamento de ingeniería de Porsche.

En el interior, además de la aparente falta de amplitud para la cabeza, se decidió que la banca trasera ya no siente a 3 sino a 2, divididos por un descansabrazos central, buscando un arreglo que permita un poco más de espacio interior. Claro que si busca incomodar a 3 personas, puede pedir la banca trasera «tradicional» sin costo alguno. Los pasajeros siguen estando cómodos ya que la banca está ubicada 30 mm más abajo que en la Cayenne estándar.

Disponible como opción según el modelo estará un enorme techo panorámico con cortina eléctrica y un área esmerilada para evitar que el luz sea demasiada. rines de 22″, interior en Alcantara, acentos en fibra de carbono e incluso, un sistema de escape deportivo estará disponible, este último para la versión Turbo.

La Cayenne Coupé será fabricada en la misma planta alemana de Leipzig en donde se hacen las versiones menos absurdas de la Cayenne.

En cuanto a las motorizaciones, dos opciones estarán disponibles: para la versión «básica», el V6 de 2.9 litros de 335 HP y 332 libras/pie de torque con caja automática de 8 velocidades para 243 km/h de velocidad tope, mientras que para la versión Turbo, un motor V8 de 4.0 litros con doble turbocargador producirá 542 HP y 568 libras/pie de torque y, por medio de la misma transmisión de 8 marchas logrará una velocidad punta de 286 km/h.

Los precios para Europa inician en $251’746.708 y suben hasta la alocada cifra de $424’361.908 tristes pesos colombianos, aunque no sabemos cuánto terminen costando en nuestro país.

Sebastián Peñuela
Periodista automotor colombiano/piloto de pruebas en Fuel Car Magazine y Dictador Supremo de Bogotá Motor City. Llevo 11 años de conducir autos, amarlos y hablar de ellos. Sufrido propietario de una Citroën AX GTi.

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