El Porsche Carrera GT es una de esas leyendas que poco se ven y rápidamente se van, por eso es que la celebración de sus 25 años es todo un hito en el mundo automotriz. Lo que empezó siendo un prototipo de carreras para las 24 Horas de Le Mans, el LMP2000, se convirtió en una joya de colección con un valor multimillonario y no podemos estar más felices al respecto.
Inicialmente, el modelo contaba con un motor turbo de seis cilindros, pero no se dio así. La marca aprovechó un V10 de un proyecto secreto de Fórmula 1 para crear un concept car presentado en el Salón del Automóvil de París de 2000. Sin embargo, el inmenso interés del público y el éxito comercial del Cayenne convencieron a Porsche de producir una versión de calle, limitada y fabricada en Leipzig, de ahí nace el querido Carrera GT.
Ingeniería excepcional para su tiempo

El Carrera GT fue un pionero en la producción en serie al ser el primer superdeportivo con un chasis monocasco de fibra de carbono. Además, su motor V10 de 5.7 litros y 612 HP fue montado muy bajo para obtener un centro de gravedad óptimo, mejorando radicalmente el manejo.
Aunque sus 612 HP pueden parecer modestos para los estándares actuales de los superdeportivos, la experiencia de manejo era visceral y analógica, sin ayudas electrónicas que limitaran su velocidad máxima de 330 km/h.
Su modelo inicial era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3.9 segundos y de 0 a 200 km/h en 6 segundos más. Además, su aerodinámica también era de alto nivel, incluía un kit frontal para mayor downforce y un alerón trasero que se desplegaba automáticamente a 120 km/h para mayor estabilidad.
ADN de carreras en cada detalle
El legado de competición del Porsche Carrera GT es inconfundible, por 25 años su diseño minimalista y elegante siempre ha estado enfocado en lo esencial para el rendimiento. El interior está tapizado en cuero suave, con asientos deportivos, pedales de aluminio y una palanca de cambios, en ese entonces, de madera ubicada estratégicamente cerca del volante para cambios rápidos.
El encendido, situado en el lado izquierdo del volante, es un guiño a la tradición de Le Mans, donde los pilotos arrancaban el auto y se ponían en marcha simultáneamente para no perder tiempo. Además, sus rines de tuerca central, con código de color rojo para el lado izquierdo y azul para el derecho, son una clara señal de su linaje de carreras.