Chevrolet soltó una bomba, o mejor dicho, dos bombas, mentiras tres, en el asfalto del Nordschleife. La marca estadounidense liberó al Chevrolet Corvette Z06, ZR1 y ZR1X en el mítico circuito alemán de Nürburgring y logró establecer un nuevo récord que dejó tanto a los autos como a los ingenieros que los desarrollaron muy bien parados. Esto sin mencionar el hecho que quien ostentaba el récord anterior era un Ford Mustang GTD que cuesta cerca de $328.000 USD, mientras que los protagonistas de esta nota cuestan $178.000 USD (ZR1) y 200.000 USD (ZR1X).
La visita de los tres deportivos al «infierno verde» de por sí estableció un hito. Por primera vez en la historia del circuito, una misma marca lleva tres autos diferentes con pilotos no profesionales, si leyó bien, NO PROFESIONALES, a establecer tiempos de vuelta allí. Quienes estuvieron a cargo de conducirlos fueron los propios ingenieros de Chevrolet encargados del desarrollo de los Corvettes.
Además, como cereza del pastel, Chevrolet salió con la cabeza bien alta del circuito, convirtiéndose en el fabricante estadounidense más rápido en Nürburgring.
El ZR1X estableció un nuevo récord en Nürburgring

El ingeniero Drew Cattell logró establecer un tiempo récord en Nürburgring de 6:49.275 minutos detrás del volante del Chevrolet Corvette ZR1X, un cohete de 1,250 HP impulsado por un motor V8 twin-turbo de 5.5 litros apoyado por un motor eléctrico en su eje delantero. De esta forma, Cattell se convirtió oficialmente en el piloto no profesional más rápido del Nordschleife.
Por su lado, el ingeniero Brian Wallace estableció un tiempo de vuelta de 6:50.763 en el ZR1 de 1,064 HP. En cuanto al tercer vehículo, el Z06, con el motor V8 naturalmente aspirado más potente que existe, registró un tiempo de 7:11.826 con el gerente de rendimiento Aaron Link al volante.
No tuvieron modificaciones de rendimiento, solo de seguridad

Todos los tres modelos llegaron a correr con sus cifras de rendimiento de producción y únicamente fueron modificados para cumplir con los requisitos de seguridad recomendados por el circuito, como la instalación de un arco antivuelco, un asiento de carrera con contención total, un extintor y un cinturón de seguridad de seis puntos.
Finalmente, si se quedó pensando en cómo es posible que los «simples» ingenieros lograron establecer esas marcas, confíe en que los resultados no vinieron de «gratis». Tanto Link, Wallace y Cattel suman más de 1825 vueltas de experiencia en Nürburgring, siendo los elegidos por General Motors para ir al circuito a probar diferentes modelos de la marca.