Käfer, Beetle, Fusca, Vocho, Coccinelle, Escarabajo: son muchos los nombres para referirse ese carro que a través de las décadas se ha convertido en todo un ícono el cual, lamentablemente, llega a su final definitivo. Ayer salió de la línea de ensamblaje de Puebla el último ejemplar del Volkswagen Beetle 2019 y en Fuel queremos acompañar este trago amargo con un breve homenaje, recorriendo la historia de este ícono que nos dice adiós.
Un orígen humilde y accidentado
Conocido en sus orígenes simplemente como Volkswagen, literalmente carro del pueblo, el gobierno alemán reunió a los más reputados ingenieros del país a mediados de los años treinta para producir un vehículo que cumpliera unos estrictos requisitos.
Este nuevo vehículo debía tener espacio para dos adultos y tres niños, un motor con suficiente potencia para alcanzar y sostener 100 km/h en las entonces nuevas Autobahnen y, lo más importante, ser económico de producir y de mantener. Su motor enfriado por aire, por ejemplo, fue elegido porque el anticongelante todavía era demasiado exótico y en invierno el agua de un radiador se congelaría.
El proyecto quedó en suspenso como muchos otros proyectos con el inicio de la segunda guerra mundial. En fin, todos sabemos ya cómo terminó esa vaca loca, así que adelantémonos a 1945 cuando un ingeniero del ejército británico de nombre Ivan Hirst tuvo por tarea desactivar una bomba en la fábrica de Wolfsburg.
Una historia con 21 millones de páginas
En serio: una explosión por poco habría cortado este relato aquí. Pero Hirst vio valor en los KdF-Wagen e insistió en reanudar la producción pese al rechazo de la industria automotriz británica que consideró al vehículo inadecuado y poco atractivo para los consumidores. El resto, como reza el cliché, es historia.
Una historia que se extendió hasta 2003, año en el que el último Escarabajo de primera generación salió también de Puebla, tuvo un segundo capitulo con el New Beetle entre 1997 y 2011 y, finalmente, un tercer capítulo entre 2011 y 2019. Y es que, aunque el New Beetle logró vender más de 1.2 millones de unidades, es difícil seguirle el paso al original: 21 millones de unidades vendidas.
El Volkswagen Beetle de tercera generación sufrió esta misma suerte. Su diseño más agresivo que el de su predecesor le permitió gozar de buenas ventas al principio, pero la presencia de los SUVs compactos en el mercado es cada vez mayor y esto afectó los números del Beetle. Es más, la planta de Puebla deja de producir el Beetle precisamente para concentrarse en un SUV.
Como es merecido después de semejante historia, el ultimo Beetle fabricado, un coupé color Denim Blue reposará en un museo. Ya sea que lo ames o lo odies, el legado y el impacto del Escarabajo en la historia automotriz es tan innegable como increíble, tanto así que será la primera vez en más de setenta años que este ícono no estará en producción.