Once años tardó la construcción de la obra de infraestructura vial tal vez más soñada en el eje cafetero y el centro del país. El Túnel de la Línea, que toma su nombre del alto que lo corona a 3.400 metros de altura, es parte de un conjunto de obras que cruzan el corazón de la Cordillera Central colombiana para conectar con mayor rapidez y seguridad a Bogotá y los llanos con el occidente de la nación y el Océano Pacífico en Buenaventura, principal puerto colombiano y hoy ¡por fin!, el Túnel de la Línea es una realidad. Usando la ruta nacional 40, es la conexión vial más transitada del país y en la que se producen unos 200 accidentes por año según cifras oficiales, siendo la invasión de carril la principal causa.
La obra tiene una longitud de 29.6 kilómetros en su totalidad, pues se compone de 24 puentes y 20 túneles de diferentes extensiones. La principal estructura es el túnel de 8.65 kilómetros, el más largo de América Latina, a 2.400 metros de altura sobre el nivel del mar y una sola vía en sentido occidente-oriente que se puso en funcionamiento este 4 de septiembre. El cálculo que hacen los constructores es que el tiempo de viaje se reducirá en una hora y media para vehículos de carga y en 50 minutos el de vehículos livianos. En total, son 21 kilómetros menos para transitar.
Tortuosa hasta la construcción
Congestiones hasta de tres días, procesiones a 15 kilómetros por hora en el ascenso y una vía tortuosa y llena de peligros, era la constante en el cruce por el alto de La Línea entre Ibagué y Cajamarca en el Tolima hasta Calarcá y Armenia en el Quindío, utilizando una estrecha vía en doble sentido por la que ingresan y salen millones de toneladas de carga y cientos de miles de pasajeros diariamente. Un camión averiado, un accidente o un derrumbe, paralizaban medio país.
Desde 1912 se hicieron los primeros estudios para la obra y solo hasta 1998 se volvió sobre el proyecto. Luego de superar una serie de trámites y enredos burocráticos, en diciembre de 2009 comenzó la construcción del túnel que, en un primer cálculo, sería entregado en 2013, luego en 2014 y en 2016, pero los problemas estructurales y fallas geológicas halladas dieron al traste con los plazos, convirtiendo el proyecto en un eterno elefante blanco de 11 años desde su construcción parte del paisaje, entre cúmulos de irregularidades, sobrecostos y tiempos pospuestos.
Aguas subterráneas, ceniza volcánica y fisuras varias en un rango de 3,2 kilómetros fueron los principales obstáculos que se debieron superar mediante diversos tratamientos y estabilizaciones. Según un estudio de la Asociación Internacional de Túneles, el ritmo de construcción de La Línea fue equivalente al que se tenía en el siglo 19, es decir, cerca de 700 metros por año.
Entre 2016 y 2018 las obras se paralizaron debido a la falta de financiación y cuando estaba en el 56% de avance. A comienzos de 2019 se reiniciaron labores y la obra civil del Túnel de la Línea estuvo terminada el pasado 20 de febrero.
6.000 vehículos cruzarán el túnel diariamente, el ahorro será de 250.000 millones de pesos anuales para los transportadores que atraviesen esta vía de 12,5 metros de largo, tres carriles y un completo sistema de monitoreo permanente.
En abril de 2021 se entregará el tramo que va en sentido contrario, de oriente a occidente pues por ahora, quienes van del centro hacia el Eje Cafetero y el Valle del Cauca, tienen que ir por la antigua vía que pasa por el alto, pero en un solo sentido, lo cual agiliza también este trayecto.
Lo que hay hoy
En funcionamiento del Túnel de la Línea queda hoy entonces listo con el túnel principal, cuatro túneles adicionales, cinco puentes, dos intercambiadores viales y 13,4 kilómetros de doble calzada. Para facilitar el mantenimiento, atender las emergencias viales y prestar los servicios de ambulancia, grúa y carro taller a los usuarios en el corredor Cajamarca – Armenia, el Instituto Nacional de Vías, INVÍAS, invirtió $11.000 millones adicionales a los $34.000 millones ya invertidos en este corredor con obras de Gestión Vial Integral.
Con la ejecución de estas obras, las cuales se integran con las del proyecto Cruce de la Cordillera Central, se generan más de 200 empleos directos para la región y se garantizan la atención y el mejoramiento en los niveles de servicio y operación de la vía para el servicio de los usuarios.