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Hace falta un espíritu muy especial para anhelar ir a más de 700 kilómetros por hora. Un espíritu que no se define por su color de piel, su sexo o su género, sino por su ambición y su sed insaciable de adrenalina. Lamentablemente para todos los aficionados a la velocidad del mundo, ayer uno de esos espíritus abandonó este planeta con la muerte de la piloto/mecánica/soldadora/presentadora Jessi Combs.

Al carajo con el molde…

El mundo de los carros esta lleno de gente que es pura apariencia: llevan puesta la pasión por los motores y la velocidad como si fuera otro accesorio de moda. Combs definitivamente no era así: de joven rechazó una beca para estudiar diseño interior y prefirió hacer estudios técnicos en fabricación de vehículos. Era de esas personas que se sentía fascinada por todos los aspectos de un carro, desde su construcción a su conducción, y no tenía miedo de ensuciarse las manos.

Rara vez esperamos que el rostro detrás de una careta de soldador sea el de una rubia despampanante, pero precisamente esa era Combs. Incluso llegó a tener su propia línea su propia línea de accesorios para mujeres soldadoras con el patrocinio de Lincoln Electric. Y es que en un mundo donde todavía se cree que ciertas actividades son solo para hombres o solo para mujeres, personas como Combs son toda una declaración de guerra: al carajo con el molde.

Sus habilidades y personalidad la llevaron a aparecer en programas de televisión como Overhaulin’, All Girls Garage y Mythbusters, dándose a conocer al mundo entero como una mujer que sabía moverse en un taller igual o mejor que cualquier hombre. Y, con todo, eso no era lo único en que ella se destacaba…

La mujer más rápida sobre cuatro ruedas:

Combs también corría: llegó a un podio en las mil millas de Baja y fue coronada “The Queen of Hammers” al coronarse campeona del certamen King of the Hammers, una de las competencias todoterreno más desafiantes del mundo. Como si eso fuera poco, estaba obsesionada con la velocidad y hacía parte del equipo North American Eagle, un proyecto que apunta al récord de velocidad en tierra con un vehículo propulsado por una turbina de jet. Estamos hablando de un cohete sobre cuatro ruedas con 45.500 caballos de potencia.

El récord anterior de Combs había sido de 777,313 kilómetros por hora y precisamente estaba intentando batirlo esta semana cuando murió en un accidente cuyas causas todavía no se han esclarecido. Sin embargo, ese registro le permitió coronarse indiscutiblemente como la mujer más rápida sobre cuatro ruedas en la historia: más rápida que Shirley Muldowney, Courtney Force o Michelle Mouton. Y, al igual que ellas, Jessi Combs deja un legado inspirador para las niñas y mujeres que quieran seguir sus pasos para demostrarnos que la velocidad no es cuestión de ser hombre o mujer, es cuestión de espíritu.

Alejandro Ramirez Pulido
Redactor Web de la revista Fuel, corredor amateur y bicho raro de tiempo completo.

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