¿Cuál es la fórmula para mejorar un auto? Con un motor más grande, muy al estilo americano. Ese es el caso de este Jeep Cherokee clásico, el cual recibió el trasplante de uno de los motores más grandes que se pueden encontrar: el V10 de un Dodge Viper. He aquí el resultado, tan impresionante como bien logrado.
Es cierto, las marcas ofrecen “crate engines”, que son simplemente motores listos para colocar en autos clásicos si así se desea. Algunos tienen desplazamientos descomunales, como el motor Hellephant de Dodge, pero siempre son V8. No nos malinterprete, los V8 son geniales, pero no tienen ese poderío extra y el sonido incomparable de un V10, en especial el del Viper que es tan particular y único.
El monstruo bajo el capó…
Es más, este tipo de restomods es común, excepto la parte del V10. Bastantes compañías se dedican a tomar clásicos, cambiar su motor por un V8 moderno y mejorar distintos componentes mecánicos. Vigilante4x4 es una de estas compañías, establecida en el estado de Texas.
Lo declaran el “Jeep clásico más rápido del planeta” y no es chiste. Lejos de ser sólo una restauración con un motor grande, Vigilante decidió adaptar el chasis de un Viper, adaptado a mano para encajar con la carrocería del Jeep. Elementos como la geometría de la suspensión y anclajes al motor se hicieron a la medida. Todo se complementa con amortiguadores Fox, al igual que resortes y brazos de suspensión Eibach para retener lo aventurero de la Cherokee.
El V10 del Viper luego es restaurado, modificado con escapes de alto flujo Borla y otros detalles, además de subir su desplazamiento a 9 litros. Los ejes fueron reforzados y la transmisión es manual de 6 marchas, para ese toque análogo. Según Vigilante, este monstruo produce 825 hp y 1.016 Nm de torque a las cuatro ruedas. Casi cinco veces más que el Cherokee original.
Una joya restaurada, con todo y motor descomunal
Muy a pesar del V10, este Jeep Cherokee luce “normal” en su exterior. Sólo la suspensión levantada delata su naturaleza “modificada”, pero nada fuera de lo común para un 4×4 de la época. Apreciamos esa pintura azul y blanca, la carrocería con detalles muy vintage y la cabina, que luce casi idéntica al modelo de fábrica.
Es un Jeep Cherokee restaurado de forma elegante y que sólo revela su naturaleza al pisar a fondo ese V10 con más de 800 equinos. Por ahora es un proyecto único y este preparador tejano no tiene planes de hacer otro. Aunque, por el precio indicado, esta conversión puede repetirse en cualquier otro Jeep Wagoneer, Commando, Gladiator, Cherokee o modelos similares. Eso sí, costará unas seis figuras en dólares. Y lo único más especial es un Jeep con el V12 de un Ferrari.
