Hace una semana, la noticia de la apertura de un concesionario de Ferrari en Caracas, Venezuela, generó mucho revuelo. Periodistas, columnistas y políticos opinaron al respecto y remarcaron la desigualdad que está viviendo el país. Sin embargo, tal parece que el dichoso concesionario no es tan nuevo como parece. De hecho, Ferrari ya había llegado a Venezuela desde mucho antes.
El epicentro del revuelo
Todo comenzó con una denuncia a través de Twitter, donde un usuario se quejaba sobre la instalación de un concesionario de autos superdeportivos en un país cuyos habitantes sufren hambre. El tweet muestra 3 imágenes: 2 renders y la foto de una construcción. También especifica que dicho concesionario estaría ubicado en el barrio Las Mercedes, en un prestigioso sector de Caracas. En la página oficial del importador de Ferrari para Venezuela, llamado Maranello Motorsport, se confirma que el concesionario está ubicado en la Av. Jalisco con Cl. Baruta, justamente en el barrio Las Mercedes. Hasta aquí, todo parece correcto.
Varios medios de comunicación afirman que el concesionario es nuevo y centran la polémica generada por la desigualdad social que representa. El problema es que el dueño del concesionario, Maranello Motorsport, ha representado a Ferrari desde hace muchos años en Venezuela, importando autos de Ferrari y Maserati desde el 2001. De hecho, esta empresa ya tenía un concesionario ubicado en la Av. San Juan Bosco de Altamira, en Caracas. Ahí también se prestaba servicio técnico certificado para los autos importados. Así que, técnicamente, ya era un concesionario oficial desde entonces, pero que ahora está abandonado.
La tienda que no está
Al parecer, la única novedad aquí es el cambio de sede del concesionario de Ferrari hacia una parte acaudalada de la ciudad de Caracas. El problema es que no hay una sola imagen o registro que certifique que el dichoso concesionario ya esté funcionando. Además, la mayoría de los artículos que hablan al respecto usan imágenes de referencia. Una página especializada en la comprobación de noticias falsas se dio a la tarea de ir a mirar que había en la dirección, pero no encontraron más que un local vacío. Esto no descarta que en algún momento habrá una vitrina de superautos ahí. Sin embargo, hasta el 16 de enero de este año, no hay indicios del dichoso concesionario.
Para sumarle misterio a la cosa, la empresa Maranello Motorsport no ha emitido ninguna declaración sobre la polémica y tampoco ha sido posible contactarlos hasta el momento. Sin embargo, la página del importador es funcional, está actualizada y entrega información personalizada. En resumen, la empresa existe y sigue funcionado. Pero por ahora, ese tal concesionario no existe.
