Una advertencia, porque las siguientes imágenes no son aptas para ojos sensibles. Iré al grano: este es un RUF CTR Yellowbird, ese mismo que se volvió famoso por un video en el Nürburgring, atravesó el peor incidente para un entusiasta: caerse de una grúa de transporte. Porque ningún fanático quiere ver a un vehículo tan exclusivo sufrir un accidente de este tipo, mucho menos el dueño que tuvo que presenciar lo que le pasó a su joya alemana.
¿Lo peor? Fue un accidente tan fácil de prevenir, causado por un error común a la hora del transporte de autos como este RUF CTR. No importa si es un auto económico o un exótico, nadie quiere ver como su preciado automóvil cae de una grúa, en especial si es a causa de acciones de terceros.
Golpes que duelen
La historia de este RUF CTR Yellowbird en particular es especialmente triste, porque acababa de volver de Alemania. Verá, este ejemplar voló de Estados Unidos a los cuarteles de RUF en Pfaffenhausen, donde se le aplicaría una capa fresca de pintura y arreglos menores a su carrocería.

Al regresar a la ciudad de San Francisco, alguien olvidó colocar los topes tras las ruedas del CTR. Lo que pasa a continuación es lógico, porque durante su transporte el RUF rueda hacia atrás dándonos esta imagen que circuló en redes.
El pobre CTR mira hacia el cielo, impotente ante su situación, con un técnico a bordo. La parte trasera y el sistema de escape hacen contacto con el suelo, mientras que la rampa de la grúa abolla la parte baja del chasis. Cuando se trata de un modelo tan exclusivo como el CTR Yellowbird, del que sobreviven unos 30 a 50 ejemplares en todo el mundo, los arreglos no son precisamente fáciles, así sean menores.
En especial cuando dicho RUF asciende a un valor que ronda los 5 millones de euros. Alguien en esa compañía de transporte tendrá muchas explicaciones que dar, si es que aún tiene trabajo.

El 911 más exclusivo que un 930 Turbo
¿Por qué el misticismo tras el CTR Yellowbird? Bueno, porque es un hypercar de Porsche mucho antes del 959.
Alois Ruf decidió partir del 911 Carrera 3,2, agregando dos turboalimentadores, intercooler, desplazamiento aumentado a 3,4L, inyectores de un Porsche 962 y una transmisión manual de 5 marchas más robusta. El eje trasero fue ensanchado, se sumaron piezas en fibra de vidrio, suspensión mejorada, frenos Brembo y alerones para mayor estabilidad y el resultado fue monstruoso.
Sólo algunas cifras: una potencia de 463 a 500 caballos, una velocidad máxima registrada de 343 km/h y un video legendario de un periodista domando esta bestia en el Nürburgring. Así que ver uno en este predicamento, con tanto prestigio y en números tan escasos, duele bastante.