En las calles de Bogotá todos los días hay hechos insólitos y hoy no es la excepción: un taxi arrolló un motociclista para luego darse a la fuga, estrellarse y terminar volcado. Lo que algunos han llamado “karma instantáneo” ocurrió el domingo 7 de enero por la mañana, en la Avenida Carrera 30 hacia el norte. El hecho quedó registrado en un video tomado por un vehículo que iba siguiendo al taxi.
Lo que se puede ver en el vídeo es a un taxi de marca Kia Sephia 2020 haciendo maniobras erráticas y a alta velocidad por el segundo carril. Cuando llega al puente de la Avenida Chile, se topa con un motociclista que iba tranquilamente en el mismo carril. De un momento a otro, el taxi arrolla al motociclista para meterse a la fuerza entre este y una camioneta que iba a su izquierda. Al ver que no cabía, empuja la moto hacia el lado derecho haciéndola caer. Milagrosamente, el motociclista no cayó de inmediato y, gracias a la baja velocidad de la mayoría de vehículos presentes (producto de los límites sobre esa avenida), su caída pudo ser anticipada sin más que latas por lamentar.
Un castigo del universo
Después del violento empujón, el taxi siguió su camino a alta velocidad. Detrás iba el conductor del carro particular, quien se quedó rezagado un momento (suponemos que era mientras revisaba el estado del motociclista). A la altura de la calle 78, el taxi intentó entrar en esa calle demasiado rápido y terminó volcándose sobre el andén, justo frente a un restaurante. Al parecer, intentó entrar en esa calle para ir hacia la Calle 80, pero un hueco y el exceso de velocidad le cobraron caro.
Las autoridades solo reportaron el volcamiento del taxi pero sin mucha información adicional. El video publicado en varias plataformas ha generado debate entre quienes proponen diferentes causas del accidente. La teoría más fuerte es que el taxista estaba alcoholizado, aunque hay quien dice que el problema empezó con una falla en los frenos. Esta teoría se puede descartar, porque se puede ver que antes de golpear a la moto, el taxi frenó para ajustar su trayectoria. Así que queda claro que la maniobra fue intencional. Afortunadamente, el motociclista salió con heridas leves y con ganas de usar cualquier otro medio de transporte para moverse en Bogotá, menos taxi.