Ah, Ferrari. Más que una marca de autos deportivos, es un símbolo de estatus y de buen gusto. Después de todo, ninguna marca tiene tanta tradición y se roba las miradas a donde sea como Ferrari, sin importar el modelo. Al mismo tiempo, cuando a un conductor de un auto exótico le sucede algo gracioso, ningún auto llama la atención como un Ferrari. ¿No me cree? Le tengo un ejemplo reciente, directo desde Italia, en donde un desafortunado conductor dejó atascado su Ferrari Roma mientras navegaba una de las estrechas calles coloniales del país del spaghetti.
Una situación como esta le puede pasar a cualquiera, especialmente en Europa donde algunas ciudades, pueblos o villas conservan calles antiguas muy estrechas. Después de todo, cuando fueron hechas, no se imaginaban que algún día pasarían artefactos de 4 ruedas por allí. Lastimosamente para el dueño, decidió quedarse atascado en su Ferrari Roma en una época donde casi todo el mundo tiene acceso a un celular con cámara. Y, para la sorpresa de nadie, alguien grabó la escena y el intento del hombre por escapar de su predicamento, y lo subió a Youtube.
Esta vez los sensores no lo salvaron
Lo más seguro es que el dueño de este Ferrari no calculó bien el espacio a la hora de aventurarse por este pueblo italiano. O no se esperaba que la calle fuera tan estrecha. Para darle algo de perspectiva espacial, el Ferrari Roma mide 1.97 m de ancho, más o menos lo mismo que un jugador de la NBA acostado. Estoy seguro que el dueño del Ferrari no tenía esto en mente a la hora de disfrutar un poco del sol de la Toscana, y tal vez una moto hubiese sido una mejor idea para recorrer esta villa italiana.
Aunque en el video no se aprecia con exactitud si las anchas caderas del Ferrari hicieron contacto con las paredes, es difícil creer que el auto salió sin un rasguño. El paseo le salió caro al dueño del Ferrari, no solo por el daño a su carro, sino el posible daño a las bellas casas coloniales que le jugaron una mala pasada. En el video también se observa un buen samaritano que intenta guiar al conductor para atravesar el obstáculo. A juzgar por la reacción, esta no es la primera, ni la última vez, que un carro queda atrapado en ese sitio.
El video es relativamente corto y no nos muestra como termina la historia. Aunque no creo que el dueño del Ferrari quiera divulgar cómo terminó la situación para él, y tengo la sospecha que involucra varios rayones y una cuenta nada económica en el taller de Ferrari. La lección querido lector es que, si viaja a Italia, es mejor que alquile un auto compacto o una moto para recorrer sin preocupaciones las calles coloniales del país. Y que, si va a hacer el ridículo, al menos que sea en un auto menos vistoso que un Ferrari. No sea que le pase como este hombre, o como aquel que intentó estacionar un Ferrari en el concesionario de Bogotá.