El estilo neoretro para las motos está muy de moda en motos modificadas, pero algunas ya vienen con esta apariencia de fábrica. Yamaha se ha vuelto una experta en eso con la filosofía Faster Sons y el último producto de esa idea es la XSR900. Por si no lo sabía, la línea XSR expone esa estética con varios cilindrajes y, aprovechando la reciente salida de la MT-09, hicieron una con el motor CP3. La XSR900 es la moto de aspecto clásico que todos queríamos tener sin tener que modificar una MT.
La naked de hoy con un aspecto del ayer
Cuando decimos que la Yamaha XSR900 está basada en la MT-09 lo decimos en serio. Utiliza el mismo motor CP3 de 889 cc que genera los mismos 117 HP y los mismos 93 Nm de torque. Eso no es malo, porque significa que tendrá el mismo rendimiento de su gemela moderna. La transmisión de 6 marchas cuenta con un embrague anti-rebote y está dispuesto para que el torque se pueda entregar a bajas revoluciones. El chasis Deltabox también es el mismo, aunque la geometría es un poco diferente para poner el manillar 30 mm más abajo respecto al modelo anterior.
Sobra decir que la Yamaha XSR900 es una moto de comportamiento deportivo y busca ser divertida. Solo basta ver la suspensión ajustable firmada por KYB USD en ambos ejes. En el frente, esta suspensión se puede ajustar en firmeza y altura. En la parte de atrás el amortiguador es ajustable en precarga y está montado en un esquema de tipo enlace. Varias piezas están aligeradas para bajar el peso, desde las llantas, el chasis, el motor y hasta la escasa cantidad de tapas y cubiertas.
Clásica y tecnológica
Yamaha dotó a la XSR900 con todas las ayudas de manejo que necesita una moto de alto cilindraje. La unidad de medición IMU y el computador de abordo ECU alimentan dichas ayudas para que esta moto sea manejable. Por ejemplo, cuenta con control de tracción sensible a la inclinación, un control de deslizamiento, de anti-wheelie y el ABS en curva. A esto súmele los 4 modos de manejo seleccionables en la pantalla TFT de 3,5 pulgadas y tendrá una moto potente pero dócil.
A pesar de todo esto, lo más importante de la Yamaha XSR900 y lo que hace que valga la pena es ese diseño. La fórmula clásica para hacer una moto retro es una luz principal redonda y en esta no podría ser la excepción. A eso súmele un esquema de pintura sencillo, los amortiguadores dorados en el frente y el chasis a la vista. En lo personal se me hizo agua la boca, pero tendremos que aguantar el hambre un poco, ya que apenas se va a distribuir a Europa y su llegada a América dependerá de los importadores.