El TRI nos acaba de gritar a la cara “el futuro es hoy”. Y no es para menos, porque el Instituto de investigación de Toyota (TRI por sus siglas en inglés) acaba de crear un Supra A90 autónomo que es capaz de derrapar. Desde aquí puedo ver su gesto de incredulidad, pero es cierto, la tecnología de manejo autónomo ya sabe hacer drift y, como era de esperarse, es muy bueno haciéndolo. Dicha invención no es una trivialidad o una demostración del poder tecnológico de Toyota, sino que tiene un objetivo muy noble.
Derrapando en pro de la seguridad
Este Toyota Supra autónomo con complejo de Keiichi Tsuchiya cibernético es la última expresión del potencial de un piloto automático. Mientras Tesla aún batalla para que sus vehículos no se encandelillen con la luna, Toyota ya los hace derrapar. Así es como usa el dinero el rey de las ventas mundiales. Dejando de divagar, este Supra tiene las especificaciones de un auto de Fórmula Drift, así de serio es el asunto. Aunque no hay especificaciones concretas, los del TRI no se andan con rodeos y se asociaron con GReddy para crear el mejor laboratorio de informática con ruedas humeantes.
Sí, tiene más potencia, suspensión mejorada, un interior de carreras y una carrocería a juego, pero eso no es lo interesante aquí. De alguna manera, los ingenieros más brillantes de Toyota pudieron acomodar todo el hardware para manejo autónomo dentro de un auto de carreras sin afectar su desempeño. No le diremos que pusieron, porque es una lista interminable de aparatos. Sin embargo, es lo suficiente para controlar el acelerador, la caja secuencial, el embrague, la dirección y hasta los frenos de pie y el de mano por separado.
Datos y más datos
También cuenta con los dispositivos suficientes para que el voluminoso computador de abordo sepa todo el tiempo donde está en el mundo, donde está en la pista, que tiene alrededor y que están haciendo cada una de las ruedas, la carrocería y el motor. Con todos estos datos, el sistema calcula cada movimiento al milímetro y así logra derrapar suavemente entre los obstáculos y a través de las curvas. Los ingenieros del TRI dieron a entender que no le están programando la ruta, sino que el sistema toma las decisiones de manera autónoma. Por eso usaron la experiencia de Ken Gushi para enseñarle al auto cómo derrapar. De otra forma no tendría sentido el chiste.
Muy bonito todo, pero… ¿para qué?
Calma, baje su puño de ira, que esto no significa que vayan a automatizar la Fórmula Drift. Desarrollar un Supra autónomo que pueda derrapar es la forma divertida de mejorar el Toyota Safety Sense o los sistemas de manejo asistido. El TRI busca que los autos puedan ejecutar maniobras complicadas para salir de problemas como un piso resbaloso o la pérdida de control. La mayoría de esas crisis se arregla derrapando, pero no todos saben hacerlo. Así que, qué mejor que enseñarle a su auto como hacerlo por usted. Además, los ingenieros insisten vehemente que “nuestro objetivo es utilizar tecnologías avanzadas que aumenten y amplifiquen a los humanos, no que los reemplacen”. Ojalá que sea así, porque en Terminator no pensaban igual.
