Corre el rumor por allí que Pagani ya alista el siguiente capítulo en su historia, después del eterno Zonda y del más actual Huayra. Pero como todo rumor, sólo nos quedan las especulaciones. Por eso es que Pagani nos hace aterrizar en suelo firme, con una máquina que parece de otro mundo, y su nombre es Huayra Codalunga. Una serie limitada a cinco unidades nada más, como el Zonda Cinque, cada una con un precio estratosférico, que sólo Bugatti puede decir que los supera. En números mortales, eso es 7.4 millones de dólares.
Coda, ¿qué? Codalunga, y significa en italiano cola larga. Sobra decir por qué se llama así, pero si no lo ha notado, el Pagani Huayra Codalunga es una versión con cola larga del Huayra estándar, inspirado en autos de carrera de la década de los sesenta. Ya sabe, como todos esos Porsche 917 o Ferrari 512S que tenían una variante con carrocería corta o larga dependiendo del circuito. Ciertamente, esto es más una obra de arte que un auto, y Pagani lo sabe muy bien. Todo es obra de la división Grandi Complicazioni de la marca, encargada de hacer realidad tales proyectos y fantasías de los clientes de Pagani. Porque en palabras de ellos mismos, «un buen cliente no es el que compra una vez, sino el que regresa por más».
De un capricho a una escultura sobre ruedas
Precisamente fue un cliente de Pagani quien gestó la idea de un Huayra Codalunga, o bueno dos clientes. Hacia 2018, estos dos caballeros se acercaron a Pagani con la idea de desarrollar un auto con un corte más aerodinámico y estilizado que fuera perfecto para concursos automotrices. Pagani aceptó el reto con gusto, poniendo a cargo a la división Grandi Complicazioni, antes llamada Proyectos Especiales.
Durante dos años, Pagani se sentó con estos clientes para perfeccionar todos los detalles del Huayra Codalunga; creando un par de modelos a escala para refinar cada uno de los detalles de este elegante híper auto. Pagani optó por una filosofía de menos es más, creando una silueta aerodinámica y suave, con toques aeronáuticos y automotrices de los sesenta. Nada de alerones extremos o efecto suelo. Donde sí crece el Huayra es su parte posterior, con 36 cm más de extensión. Allí, el Huayra estándar perdió sus rejillas traseras, dejando expuesto en solitario el escape cuádruple de Pagani. Con todo, el auto apenas pesa 1.280 kg.
Latente corazón V12 italoalemán
Debajo del largo y suntuoso capó trasero, Pagani conservó la esencia de todos sus modelos: el V12. Esta unidad, proveniente de Mercedes-AMG, desarrolla 830 hp y 1100 Nm de torque, apenas 10 hp menos que un Huayra R más extremo. Estoy seguro que este semental italiano (con raíces argentinas) llega a los 100 km/h en menos de nada, pero Pagani omitió detalles sobre su desempeño. Sólo tenga por seguro que es rápido, eso es todo.
Como una obra de Da Vinci, este auto es para admirar y conducir con estilo en vez de dejarse llevar por una subida de adrenalina alimentada por el riff de una guitarra. Pagani optó por vestir al Huayra Codalunga con tonos suaves mate en su exterior, que resalten la fibra de carbón expuesta. Y en su interior, el cuero y gamuza con toques de aluminio pulido a mano adornan todo lo que alcancen a ver sus ojos. Todas las cinco unidades del Codalunga ya tienen un acaudalado dueño, por lo que los ojos mortales apenas tendremos que verlo de lejos. Al cabo que ni queríamos una máquina tan increíble y llamativa.