La tecnología es un arma de doble filo en muchas situaciones. Tome por ejemplo la lucha contra el crimen: los avances de la humanidad nos permiten tener cámaras en todos lados, identificación facial, rastreo de aparatos electrónicos y otras cosas que hace 30 años apenas eran ficción. De igual manera la tecnología provee a los criminales con herramientas para hackear, esconder su rastro, falsificar sus identidades y mil cosas más. Aunque no siempre todo sale a la perfección, ya que la tecnología condenó a un par de ladrones, en concreto las baterías de un Tesla Model X.
Los vehículos de Elon Musk son una maravilla moderna. Popularizaron la propulsión a electricidad, son cómodos, silenciosos, llenos de conveniencias y por sobretodo, potentes. En sus versiones más frugales el Tesla Model X es un crossover con 330 hp y una aceleración de 0 a 100 km/h en 6.2 segundos, bastante bueno para cometer crímenes como lo pensaron estos ladrones. Y eso sin contar sus versiones extremas como el Performance y Plaid de 770 o 1020 hp. Además es un crossover algo genérico siempre y cuando no abra sus puertas, en otras palabras el vehículo perfecto de escape.
Baterías: cómplices de la justicia
Recently, North Precinct officers responded to a theft call where they learned that two individuals had taken several gaming systems and fled the store in a Tesla. The officers broadcast the description to surrounding officers who located the individuals. Great work officers! pic.twitter.com/6WuORXsTQx
— Gwinnett County Police (@GwinnettPd) March 5, 2023
Sería el auto perfecto para salirse con la suya, si no fuera por el tema de las baterías. Es cierto que los cargadores de Tesla son rápidos, pero no tanto como una bomba de gasolina estándar. El par de ladrones en cuestión eligieron un Tesla Model X como vehículo de escape, luego de asaltar una tienda. Testigos lograron ver al Model X, pero cuando la policía llegó al sitio ya se habían esfumado.
Bueno, según el departamento de policía del condado de Gwinnett, Georgia, la descripción del Model X fue replicada a todos sus oficiales. Uno de ellos tuvo la suerte de encontrar al Tesla en una estación de carga, porque ser ladrón no significa dejar cargadas las baterías del auto eléctrico antes del escape. Quizá lo robaron y no se percataron del estado de carga, pero el asunto es que ese pequeño error les costó bastante caro.
La policía arrestó a los hombres de inmediato, y encontraron en el Model X su botín: consolas de videojuegos. Junto a ellas un par de armas de fuego y sustancias ilícitas. Así que podría decirse que por estar cargando su auto de escape, la policía cargará a estos individuos con todo el peso de la ley. Por cosas así (sin querer promover actos criminales) es que los motores a combustión siguen siendo mejores.