Nadie está listo para el siguiente giro de trama. La prueba del alce es el “estándar dorado” que muestra lo ágil que es un vehículo, al igual que la compostura de su chasis y suspensión. Para algunos autos pasar sin levantar dos o tres ruedas es una victoria; para otros entre más rápido se negocie este giro brusco, mejor. ¿Qué cree entonces que pasaría cuando el BMW XM afronte la prueba del alce? Esta es una camioneta que pesa casi 2.800 kg en una prueba que exige agilidad. Le doy 10 segundos para pensar antes de seguir el artículo.
¿Volvió? Apuesto a que cree que el BMW XM falló miserablemente la prueba del alce. Es un auto enorme que “pretende ser de alto desempeño”, probablemente sufra de subviraje catastrófico, casi se vuelca, en fin. Su choque en Pikes Peak tampoco nos inspira confianza respecto a sus capacidades. Nuestros colegas de KM77, famosos por sus pruebas de agilidad, tuvieron al XM a prueba y nos sorprendieron con el resultado.
Un Bimmer sorpresivamente ágil
No sabemos qué clase de magia negra se lo permite, pero el BMW XM superó con creces la prueba del alce. Con superar no decimos que la completó a baja velocidad ni nada, genuinamente se comportó como una SUV de alto desempeño. Primero está el eslalon, en donde el XM parecía un auto al menos 500 kg más ligero, completando la prueba de KM77 en 22.9 segundos. Mucho más rápido que el comparable Range Rover Sport (26.1) e incluso un Audi RS 3 que es 2 décimas más lento que el BMW.
Los colegas de KM77 destacan que el XM se sentía bastante ágil y plantado, inspirando mucha confianza en las maniobras que hacía. Ni las ayudas electrónicas tuvieron que intervenir mucho para controlar su peso o corregir el ligero sobreviraje. Solo ver su prueba es hasta hipnótico, porque el XM se desliza entre los conos con una suavidad inesperada, con muy pequeños momentos de subviraje.
Tan ágil como un alce
Luego llegó la prueba mayor. El BMW XM completó la prueba del alce con decoro, entrando a una velocidad de 74 km/h y sin mucho balanceo en su carrocería. Es más, si bien no pudo completar esta maniobra a mayor velocidad, incluso intentos más rápidos mostraron una camioneta que responde bien, se siente balanceada y transmite confianza al conductor.
Hay que reconocerlo, BMW M creó un buen chasis y suspensión para llevar a cuestas semejante vehículo, no por nada tienen 50 años de historia. Las ayudas electrónicas contribuyen, es cierto, pero todos los sistemas juntos se traducen en un auto con más agilidad de la que su tamaño sugiere. Ah, y es más rápido que un BYD Han o un Mercedes-Benz EQE en la misma prueba, dos sedanes premium que pesan menos que el XM.
Ahora, en términos de diseño y ganas de tener uno, la cosa tal vez cambie. Faltó por probar al XM Label Red, para ver si su incremento en potencia resulta en mayor sobreviraje.
