Un mes después de la llegada del Porsche Macan eléctrico al mundo, es el turno de su gemelo de Cuatro Aros. Con ustedes el nuevo Audi Q6 y SQ6 e-tron, un par de SUVs que representan el futuro y compromiso eléctrico de Audi, acentuado por todos los nuevos desarrollos y esfuerzo que la marca imprimió en estos modelos. Y sí, es un desarrollo compartido con Porsche, pero eso no eclipsa el trabajo e intenciones que puso Audi en el nuevo Q6.
Al Q6 ya lo conocíamos, al menos parcialmente, cortesía de un prototipo que la marca reveló con algo de camuflaje. En aquella ocasión la única duda era en torno a su interior y a una versión más potente con la insignia S o RS de Audi Sport. Dudas que quedaron más que claras con el lanzamiento del modelo que completa el portafolio de SUVs eléctricas de Audi.
Plataforma de lujo para el futuro
Tanto el Porsche Macan eléctrico como el Audi Q6 y SQ6 e-tron son fruto de la plataforma PPE. Siglas de Premium Platform Electric, es el segundo modelo de Audi desarrollado desde cero como un eléctrico. Arquitectura que promete un sistema de 800 voltios, mayor número de celdas en la batería y envergadura suficiente para modelos de medio y gran tamaño, como el Macan, Q6 y futuro A6 e-tron.
Así como el Macan, la batería del Q6 e-tron es de 100 kWh, suficiente para una autonomía estimada de 625 km. Con carga continua hasta de 270 kW, el Q6 puede recuperar 255 km de rango en 10 minutos, al igual que llevar la batería de 10 a 80% en 21 minutos. Ello en condiciones ideales, por supuesto.
En cuanto a figuras, el Audi Q6 e-tron de entrada con dos motores posee una potencia combinada de 382 caballos; mientras que su hermano eléctrico SQ6 asciende a los 509 hp, ello con el modo boost activado. Curiosamente, el Q6 estándar en EE.UU. recibe 40 hp más, para un total de 422 hp. Con todo esto, el 0 a 100 km/h de ambos modelos ronda por debajo de los 5 segundos.
Gracias a la nueva plataforma, el Audi Q6 e-tron viene dotado con una suspensión independiente y dirección más compactas, permitiendo que el peso de la batería se distribuya de mejor manera. Aunque tiene tracción en las cuatro ruedas, Audi envía la mayor parte del torque al eje trasero, controlando todo con un sinfín de computadores. Si el Macan es más visceral y orientado al desempeño, el Q6 es un típico SUV de ultralujo alemán.
Apariencia futurista, pero sobria
Aunque Audi señala su diseño radical, al final del día el Q6 es un SUV convencional para los estándares de la marca. Curiosamente no tiene versión cupé Sportback, como sí ocurre con los Q4 y Q8 e-tron; versión que, suponemos, llegará en otro momento. El elemento más novedoso de su diseño está en los faros OLED inteligentes, que no solo detectan las condiciones de la vía, también alteran de forma inteligente la firma lumínica adelante y atrás.
La otra gran “novedad” está en el espacio interior que permite la nueva plataforma. Gracias a pensar de forma horizontal y no vertical, el chasis es más plano y permite mayor distancia entre ejes (2,89 m), otorgando un sorpresivo espacio para cinco ocupantes.
El frente es algo agresivo, en contraste al corte más bien atlético y sobrio del resto del modelo. Allí residen faros independientes de las luces diurnas y dos tomas de aire algo exageradas para refrigerar la cabina, frenos y batería. Sus rines van de 19 a 21”, por cierto.
Un derroche tecnológico
En el interior es donde Audi se da el gusto de presentar un derroche de tecnología. Un head-up display con realidad aumentada, clúster de 11,9”, pantalla central de 14,5” orientada hacia el conductor y, como si fuera poco, la tercera pantalla de Porsche sólo para el pasajero. No puede faltar un sistema de sonido firmado por Bang&Olufsen con 20 altavoces.
Mucho poliéster y metales pulidos reciclados se entremezclan con materiales suaves al tacto e iluminación ambiente, para ese toque premium que caracteriza a Audi. No puede faltar una interfaz con integración de Android, todo tipo de asistencias activas al manejo y hasta comunicación en tiempo real con otros Audi para monitorear el estado del tráfico.
Así que, ahí lo tiene. Mientras los fabricantes se dividen entre la electricidad y la combustión, con algunos en el medio explorando otros caminos, Audi marcha adelante con su estrategia eléctrica. Una que claramente apunta a un segmento de mayor estrato, que pueda justificar un vehículo por encima de los 60 a 70.000 dólares (USD). Al menos tecnología no le sobra a este Audi que también sirve como plantilla de lo que ofrecerá la marca a futuro.