Auf wiedersehen, au revoir o hasta la vista, baby. Cualquiera que sea su forma de despedirse, he aquí al último Audi R8 producido por la marca. Así es, el final era inevitable, a pesar que los fanáticos de la marca intentaron prolongar la vida del emblemático supercar de los Cuatro Aros que tantos años de sonrisas y emociones trajo consigo.
La decisión de Audi por cancelar su querido supercar de motor central era inevitable y era cuestión de tiempo para ver al último R8 en abandonar la planta de Böllinger Höfe en Alemania. Al menos, el último con motor a combustión, en forma de un V10 de 5,2 litros codesarrollado con Lamborghini y su nota de escape tan reconocible.
Dos décadas a cuestas
Parece ayer cuando vimos por primera vez los bosquejos de lo que luego sería el R8. Si se quiere sentir viejo, fue hace 20 años cuando Audi reveló al Le Mans Concept en Fráncfort, modelo que luego evolucionaría en el R8 que tanto conocemos y amamos.
Sólo para antojarnos, el Le Mans Concept apareció en Gran Turismo 4 y Need for Speed Carbon, en preparación a la llegada del R8 en 2007. Sí, era un modelo claramente basado en el Gallardo, desde el chasis al motor. Pero era fabuloso, sin punto de comparación a otro Audi en la historia. Sólo sus prototipos que cosechaban victorias en Le Mans se acercaban.
La cereza en el pastel fue su aparición en Iron Man, como el auto elegido por Tony Stark para conducir con estilo. Su motor central V10, transmisión manual tipo gated con esa placa en aluminio clásica de un Ferrari o Lambo y diseño futurista lo convirtieron en el supercar favorito y aspiracional de muchos. Tanto así, que Audi lanzó un R8 “de entrada” con motor V8 twin turbo, para acercarlo un poco más a los mortales.
Final inevitable
Una segunda generación en 2015 continuó escribiendo ese legado en las calles y las pistas, con el R8 cosechando victorias en categorías de resistencia y turismos (GT3). La sombra de la electrificación, sin embargo, acechaba en las sombras y la decisión de descontinuar el V10 era inevitable.
Y aquí está, el último Audi R8 verdadero, al menos hasta que la casa de los Cuatro Aros decida si revive el nombre para un deportivo 100% eléctrico. Este ejemplar luce un llamativo color amarillo Vegas, rines de 20” con acabado en bronce, detalles en fibra de carbono por dentro y por fuera al igual que, usted lo adivinó, el fabuloso V10 con 612 hp galopando tras la cabina.
Tal es el aura que emite este último ejemplar, que Audi no permitió que cayera en manos de nadie. Audi se encargará de llevar este flamante R8 a una exhibición de museo, parte de su colección Audi Tradition que celebra lo mejor de la casa de los Cuatro Aros (y las marcas que la componen) en su siglo de historia.
Ahora sí, adiós R8. Gracias por tantos recuerdos en el cine, en los videojuegos y en la vida real, para aquellos pocos que tuvieron el gusto de verlo en persona, al igual que los selectos que pudieron conducir o incluso tener uno.