De todos los vehículos que Mansory pudo modificar, jamás creímos que “pondrían su sabor” a una scooter eléctrica, mucho menos una Vespa. Pero es cierto, así ocurrió y aquí está el resultado. Un ejercicio en tuning de dos ruedas que, contrario a los demás proyectos del preparador alemán, resulta elegante y buen gusto. ¿Será posible? ¿Una creación de Mansory que nos agrade?
Es cierto, Mansory no se contuvo en ciertos aspectos que, a mi juicio, son mejoras en desempeño de esta Vespa eléctrica. Inspirada en la ciudad de Mónaco, la gente de Mansory debería ponerse en contacto con Fórmula 1 para que esta scooter sea el vehículo oficial de los pilotos del Gran Circo durante ese gran premio. Apuesto que Lewis Hamilton, Sebastian Vettel y Charles Leclerc quedarían encantados.
Vespa con sabor a Mónaco… y a fibra de carbono
Mansory parte con una Vespa eléctrica, o elettrica para sonar más italiano. Una moto de vocación urbana con una autonomía por encima de los 120 km y una velocidad limitada a 45 o 67 km/h. Hasta ahí, nada extraño.
Ahí es donde entra este preparador, agregando copiosas cantidades de fibra de carbono como acostumbran. La diferencia radica en lo bien que se integra al diseño de la Vespa, casi como un paquete de apariencia oscuro. Además, la reducción de peso contribuye a mejorar la autonomía de esta Vespa, al menos en un par de kilómetros extra.
Una franja roja y blanco recorre el centro de la moto, en referencia a la bandera de Mónaco. El sillín fue tapizado con cuero en patrón de diamantes y un aplique de color negro. Detalles menores incluyen espejos más aerodinámicos, protectores de los costados con “agallas”, biseles negros alrededor de los faros y acentos rojos en los rines.
Serán 99 ejemplares de esta Vespa por Mansory que, más que un vehículo ecológico, es un accesorio con estilo. Ese siempre fue el espíritu dual de la Vespa, ser un transporte justo y utilitario, con el valor agregado de un diseño encantador que roba miradas a donde quiera que vaya.