Si usted es un neófito en este tema de las motos, permítame explicarle algo antes de empezar esta reseña. Es muy común que las motos tengan el tamaño del motor puesto en el nombre, ya sea explícito o disimulado de alguna forma. Ya es una tradición porque en esos casos es su más grande cualidad. En cambio, hay otro segmento de motos en las que no importa ese detalle, porque sus intenciones van más allá del cilindraje. Ese es el caso de la Vespa y de la moto que hoy nos concierne. Le presento a la TVS Ronin, cuya identidad y fortalezas van más allá del tamaño de su motor.
Esta moto es una declaración de intenciones por parte de TVS, que está cansada de vivir a la sombra de Pulsar y sus derivados. Ahora, con esta máquina apelan a un público diferente, una que no mide su virilidad en centímetros cúbicos. En cambio, buscan al tipo de clientes que está más enfocado a la suavidad y el confort en el andar. Este segmento está buscando motos premium, donde prima el índice de sonrisas por kilómetro sobre el 0 a 100 km/h. Para satisfacer a ese público, la Ronin está llena de detalles de fina coquetería, pequeñas cosas que suavizan todos los aspectos de su experiencia. Dichos detalles no suelen estar en motos de bajo cilindraje y es justo ahí donde la TVS Ronin destaca.
Jugando en una liga diferente
Con eso claro, hay que definir a la Ronin. Desde la marca dicen que es la «scrambler de entrada», aunque tiene problemas para cumplir con ese criterio. Nosotros la definimos como una naked de posición estándar con estilo neoretro e intenciones de cruiser. Si lo suyo son los carros, una cruiser es lo mismo que un GT o Gran turismo. Con esa definición dejamos atrás las capacidades de moto off-road que suelen tener las scrambler de verdad. El ambiente natural de esta moto es la ciudad, lidiando con el tráfico y en escapadas de fin de semana. Además, se defiende bien en carretera, pero a un ritmo calmo, sin la más mínima intención de ser una moto para «candelear».
No me pregunte si le gana a la Pulsar NS 200; primero, si esa es su duda, entonces no ha entendido la idea detrás de esta moto. Segundo, no, no le gana porque no compite contra ella. Si hay que comparar, esta moto compite más con la Dominar 250, pero en una liga más alta. Respecto a la Apache 200, esa moto sí es la competencia directa de la NS 200 con su enfoque deportivo, así que no canibaliza el mercado de su nueva hermana mayor. De la Raider ni hablemos, porque esa naked busca llevar el buen equipamiento al segmento de 125 C.C., pero su uso es netamente citadino y funcional.
Apostando por una mecánica inusual
El motor monocilíndrico es de 225.9 C.C. con 4 válvulas que entrega 20,13 HP y 19,9 Nm de torque. Este motor refrigerado con aceite y aire vive contento entre las 3.000 y las 7.500 RPM, donde el sonido ronco es agradable y las vibraciones se mantienen al mínimo. Más allá de eso, el motor no está a gusto; vibra y gruñe con fuerza para alcanzar el límite de revoluciones, ahí ya se siente antinatural. En su zona de confort empuja con fuerza y es necesario echar mano (o pie) de la caja de 5 velocidades para mantener ese régimen, lo que de hecho es un deleite, ya que el embrague antirebote es suave y engrana los cambios con apenas tocar el selector. Y sí, le falta la sexta marcha, pero no todo podía ser perfecto.
Un manejo aplomado
Las aspiraciones de cruiser en la TVS Ronin condicionan su comportamiento, pero no la limitan en su ambiente natural. Entre el tráfico se desempeña con agilidad, a pesar de su elevado peso de 160 kilos. Si sabe utilizar el contramanillar con sutileza, puede hacer que la moto cambie de carril como una mosca, sin tener que balancearse en el asiento. Lo mejor es que su punto de equilibrio no es tan alto, así que es fácil contrarrestar los movimientos bruscos. En ese aspecto la moto es ágil, viva y transmite un aplomo muy agradable.
Donde la Ronin sufre es en los giros cerrados, ya que el ángulo de la suspensión delantera limita mucho el radio de giro. Las curvas de carretera o las orejas de las avenidas tampoco son su fuerte. La moto se planta muy bien y gira neutralmente si lo hace a una velocidad moderada. En cambio, si lo hace más rápido de lo debido, es necesario forzar la inclinación del cuerpo para cerrar el giro. La Ronin lo va a hacer, pero de mala gana y haciendo fuerza para volver a su inclinación ideal. Esto no es necesariamente malo, ya que me da la impresión de ser muy estable y es complicado sacarla de balance. Hay que dejar en claro que NO hace movimientos extraños ni es nerviosa en curva, pero es igual que pasar por una pista de obstáculos usando una botarga: se puede, pero no será cómodo.
Detalles que enamoran
Fuera de su comportamiento en la carretera, la TVS Ronin tiene otras ventajas que su competencia tradicional no puede igualar y eso es la suavidad general. No hablo solo de la suspensión, que en calles en general filtra muy bien las irregularidades. Hablo de todo el conjunto: interruptores, mandos y hasta el asiento. Todo es suave de manejar, de pulsar y de operar. Incluso los caballetes, que se guardan sin hacer un ruido estruendoso.
El encendido del motor no genera ruido porque no tiene motor de arranque. Es solo tocar el botón y en un momento ya está encendida. El acelerador parece electrónico, porque en ningún momento se siente la tensión de las guayas. De hecho, las maniguetas son ajustables y eso también les da un punto de suavidad en su operación. En algún momento llega a ser desconcertante que todo sea tan blando.
Esa suavidad también se nota en su apariencia, porque todo es curvilíneo y todo esta suavizado. La cadena esta oculta con un protector de buen aspecto y la base del motor está cubierta con una quilla plástica. La luz frontal y el tablero son redondos, bien acabados y con embellecedores que no desentonan por ninguna parte. Las pocas partes mecánicas que están a la vista están construidas con cierta delicadeza. Todo salvo el pequeño radiador de aceite, lo único que desentona porque se ve mecánico y mal acabado.
En conclusión…
Finalmente, el tablero asimétrico y de iluminación blanca no molesta a la vista, ya que se ubica en el campo de visión de igual forma que un reloj de pulso. De hecho, deja un espacio perfecto para complementar la vista con un soporte para celular o una pantalla fija. No pudimos hacer pruebas al TVS SmartXconnect (la aplicación de celular) por el poco tiempo que tuvimos para examinarla y porque este modelo en particular será la pieza central de TVS en la Feria de las 2 ruedas en Medellín. Antes de que se me olvide: los modos de manejo Urban y Rain solo afectan el comportamiento del ABS de ambas ruedas y adaptan la intensidad del sistema, algo que sí se nota sobre piso mojado.
En resumidas cuentas: si usted ve en la moto una alternativa de movilidad para llegar seguro a la casa y no vive queriendo ganarles a todos en la calle, esta es la moto que le va a gustar. Especialmente si alguna vez probó un scooter y quiere esa misma comodidad, pero en una moto tradicional y de apariencia llamativa. Además, la TVS Ronin es la escuela ideal para acceder al segmento premium por un valor nada descabellado y sin muchos compromisos. Solo un detalle, si elije la de color naranja como este modelo de prueba, acostúmbrese a ser el centro de atención en los trancones y semáforos.
Precios y versiones
- TVS Ronin: $14.990.000.