A diferencia del Taycan, esta vez no tuvimos que esperar demasiado para descubrir los misterios de aquel Panamera que brilló en el Nürburgring. Con ustedes el Panamera más poderoso de la historia, algo que Porsche llama Turbo S E-Hybrid (tal y como lo imaginamos) que aprovecha lo mejor de un motor eléctrico y un V8 para ser más potente que cualquier 911 de fábrica.
Antes de que algunos pongan “el grito en el cielo”, sabemos perfectamente que ningún Panamera será más rápido que un 911 Turbo S. Puede que tenga un déficit por encima de los 100 hp, pero el Panamera es un peso pesado que excede las dos toneladas y cuya intención es ser un grand tourer lujoso. La aceleración descomunal es sólo un plus que Porsche le brinda al mundo.
Doble poder para más diversión
¿Y qué necesita un buen sedán gran turismo para conquistar grandes distancias? Un motor grande o, en el caso del Porsche Panamera Turbo S, dos. Uno es el V8 bien conocido en Stuttgart, con 4 litros de desplazamiento, pero con una gran novedad. Adiós dicen los dos turbo en favor de una turbina singular que permite mayor presión y flujo de aire viajando a los cilindros.
Refinamientos en el sistema de refrigeración e inducción permiten que el V8, por sí solo, produzca 591 hp. Y allí es donde entra el componente eléctrico, integrado en la transmisión PDK de 8 marchas y con baterías de 21,9 kWh (netos). Por sí sólo este es capaz de añadir 187 hp a la mezcla, con una potencia combinada de 771 caballos, convirtiéndose así en el Panamera más potente de la historia.
El torque también asciende de forma importante a los 1.000 Nm. A modo de comparación, son 100 hp más que el Porsche Panamera turbo “estándar” y 89 equinos adicionales que el Turbo S E-Hybrid de anterior generación.
Todo el arsenal tecnológico y aerodinámico
Por supuesto, el Panamera más poderoso (y pesado) no podía quedarse sin todos los sistemas activos para la conducción. Como suspensión neumática con estabilización activa de chasis, baterías y motor eléctrico más eficientes, frenos de compuesto carbocerámico con discos de 440 mm adelante y 410 mm atrás, rines en aleación con tuerca central y calzado Michelin Pilot Sport Cup 2.
Un toque extra es el componente aerodinámico, con piezas en fibra de carbono, ductos frontales, difusor y un alerón activo trasero con Gurney flaps para generar más carga aerodinámica. Ese es el truco que explica su récord en el Nürburgring. Por todo lo demás, tenemos lo mismo que ya reveló Porsche con la tercera generación del Panamera, completo con los toques “Turbonite” de todos los modelos Turbo de la marca.
En la cabina están las mismas tres pantallas que debutaron en el Cayenne, sonido firmado por Bose, una cuarta interfaz para los pasajeros de atrás y materiales de primera. Ya sabe, al final del día este es un 911 con motores de Cayenne y disfrazado de sedán premium.
La versión sin complicaciones con la sigla GTS
Si el peso del componente eléctrico no es lo suyo, Porsche acaba de lanzar otra versión del Panamera, para acompañar de forma más sensata al Turbo S E-Hybrid. Se trata del modelo GTS intermedio, que desecha las baterías por un V8 más puro, esta vez con dos turboalimentadores, que eroga 493 hp, 20 más que el previo Panamera GTS.
Al ser el modelo del medio un poco más “purista”, el nuevo GTS accede a “juguetes” como suspensión neumática y estabilización de chasis, con ajustes más firmes que otros Panamera, diferencial electrónico LSD, dirección más precisa, rines en aleación con tuerca central y escape deportivo con salidas en bronce oscuro. Perfectas para escuchar la melodía de esos ocho cilindros.
El Panamera GTS se destaca por molduras y logos de color negro, calipers de color rojo y un interior con acentos rojos, sillas tipo cubo con el logo GTS, el paquete Sport Chrono y gamuza estilo Race-Tex.
Quizá no sea tan absurdo como el Panamera Turbo S E-Hybrid, pero el GTS tiene lo suyo para ser un Porsche indiscutiblemente divertido. Y más “asequible”, coronando apenas los $150.000 dólares americanos. El privilegio de tener aquel Panamera más potente roza los $230.000 USD, eso sin opciones.
¿Vale la pena? Si quiere una limusina “amigable con el ambiente”, estilo de Porsche 911 y con potencia de sobra, probablemente sí.