Porque no todo es rumores o declaraciones de doble sentido. A veces ciertas entrevistas nos dejan ver la sinceridad de las marcas, el compromiso a no defraudar o a mantener algo a flote. Como el Nissan GT-R, que francamente tiene un pie en la tumba y si no fuese por las normativas, reglas y gobiernos estrictos, posiblemente sería eterno.
¿De qué hablamos? De una entrevista de nuestros colegas en Top Gear con Pierre Loing, jefe de producto en la cadena global de Nissan. Quien ofreció varias perspectivas sobre el inevitable final del GT-R, la siguiente generación y cuándo podría llegar, el asunto de electrificación vs motores a combustión, cosas así. Aunque este momento no pinte bien, el futuro guarda cierta esperanza, con un Z, GT-R y Silvia compartiendo escenario.
Las reglas ya no son para romperlas
En algún otro momento de la historia automotriz, el Nissan GT-R R35 sería eterno, libre de las reglas y constricciones del mundo. Pero vivimos en una época donde la seguridad, las emisiones, las estrictas tolerancias ambientales y otros factores son determinantes. Sin querer romantizar los viejos tiempos, existe un orden al caos por algo.
Increpado sobre el final del GT-R, Loing sentencia “llevamos 17 años haciéndolo y nos encantaría hacerlo por 17 años más, pero las regulaciones son un dolor de cabeza”. Y he ahí el meollo del asunto: el GT-R es una plataforma vieja, con un motor que probaría difícil de adaptar a normativas de ruido y emisiones, cuyo chasis no cumple estándares de seguridad actuales, en fin. Usted se hace la idea.
Y la realidad es inevitable, poco a poco el GT-R se va retirando de diferentes mercados. No se puede ser como el Renault 4 o, en tiempo presente, la Toyota Land Cruiser J70. Esta última logró sobrevivir como un utilitario robusto en ciertas regiones y cambiando de motores para evitar las emisiones. Algo que Nissan no considera viable.
Es más, Loing señala que el hueco entre el GT-R “Kenmeri” y el R32 (14 años) fue larga, pero “el GT-R puede sobrevivir esas ausencias y vamos a tener una”.
Barajando posibilidades
Con la incertidumbre del futuro y las presentes reglas de emisiones, el Nissan GT-R entrará en hibernación. Ello mientras Nissan toma una decisión sobre su siguiente generación y el tipo de motor que tendrá. “El debate es ‘¿Qué puede ser un GT-R en la era de la electrificación?’, estamos buscando la respuesta”.
Básicamente, un R36 GT-R sí ocurrirá, pero Nissan se encuentra ante el dilema de darle la forma más apropiada y merecida. Está el concepto Hyper Force que es eléctrico, un posible camino a seguir con baterías de estado sólido. Camino que, indica Loing, Nissan está explorando y esperan lanzar un modelo distinto con esa tecnología en números limitados para Japón.
Aun así, se mantiene la incertidumbre. El GT-R podría seguir con un motor a combustión, podría ser híbrido de algún tipo. Quizá Nissan aplique su tecnología e-POWER de rango extendido. O quizá, sólo quizá, sea 100% eléctrico.
Lo cierto es que las estrictas reglas de juego del mundo mataron al GT-R R35 y Nissan se encuentra en ese complicado periodo de sacrificarlo, mientras se concentran en su siguiente movida. Al menos, pase el tiempo que pase, un GT-R de nueva generación está en el horizonte.