Quizá una de las primeras cosas en las que alguien se fija a la hora de comprar un carro es su color. Sí, la versión, motor, prestaciones y equipamiento son importantes, pero todos tenemos una tonalidad predilecta. Tal vez ese auto en particular luce mejor con ciertos colores o simplemente quiere destacar entre la multitud.
Pues bien, esta correlación entre color y carro tiene muchísima más relevancia de lo que cree. No sólo para comprarlo, sino para aquellos que los venden, para las mismas marcas por un lado a la hora de elegir los colores con los que comercializarán un vehículo; además de los concesionarios que toman usados y deben elegir de forma inteligente qué vehículos serán más fáciles de vender de acuerdo a su tonalidad.
Asuntos monocromáticos
Realmente es un tema que tiene bastante “tela por cortar”. Y hay claras tendencias porque, si ha visto el tráfico por cinco minutos, varios colores dominan.
Por ejemplo, según Axalta en 2022 el 39% de los carros nuevos en el mundo eran blancos. Tendencia que cedió un poco, porque hoy en día el color favorito de muchos volvió a la cima: el gris. Es más, entre el gris y plateado junto al blanco componen un 70% de los carros nuevos hoy en día. Sí, para sorpresa de absolutamente nadie.
Aunque no son tonos simplemente planos o aburridos. El encanto del blanco y el gris/plata está en los acabados perlados o metalizados, una razón de peso para que los compradores elijan estos colores. Hay que reconocer que ciertos blancos perlados son hermosos, así que entendemos por qué son tan apetecidos.
¿Es más caro tener un carro de color vistoso?
En ese sentido, los carros con estos tres colores son los más fáciles de vender y, por ende, para el fabricante representan un costo menor de producir. Y es que son tan apetecidos que resulta más fácil producirlos en masa; además de ser más económicos a la hora de reparar golpes, rayones o elementos así.
Si las marcas optasen por paletas de colores vivas o más “escandalosas”, ello implica un costo de compra más elevado. Por algo existen programas como Porsche “paint to sample”, con tonalidades exclusivas que son más costosas que un color de fábrica estándar. Asimismo, son vehículos que tardan más de salir de lotes de autos usados o nuevos.
En esencia, las marcas evitan colores estrambóticos o especiales, a menos que el cliente lo solicite explícitamente o sea económicamente viable. Explica por qué algunos modelos “generalistas” sólo se ofrecen en tonalidades neutras como negro, gris, blanco, etc.
Para aquellos (como este servidor) que prefieren la exuberancia de tonos azules vivos, verdes, naranjas o violetas, pues bien, comprar carro o repararlo es más difícil.
Los grises siguen mandando y compradores, fabricantes y vendedores lo saben
Entonces, ¿qué aprendimos? Que las marcas exóticas se inclinan más a ofrecer colores especiales, porque allí el costo no importa. En contraste, las marcas más populares prefieren inclinarse a colores más sobrios y populares, no sólo porque venden más, sino porque su costo de producción y reparación es menor. Particularmente en modelos más normales por ponerlo así, cuya intención es ofrecerse en masa y no ser ediciones limitadas y/o especiales.
Algo similar ocurre en los lotes de usados, donde los vendedores se inclinan a comercializar vehículos con colores más populares que permitan una venta rápida del carro. Y en esa misma tónica, un color popular y estándar representa un mantenimiento menor para esos dueños, ya que la pintura para reparar rayones o golpes es más económica y fácil de conseguir, en contraste a tonalidades más vistosas como verde, azul, amarillo o rojo.
Es cierto, vivimos en un mar de carros color gris, negro o blanco. Si le gusta, no se cohiba, que hay acabados muy impresionantes en este espectro de tonos. Pero sepa que ese color naranja o violeta con el que sueña será más difícil de conseguir y mantener. El precio de ser único y diferente en vez de encajar en la sociedad.
