En contraste al LX-ZL que ya exploramos por acá, lo que aquí ve sí es un modelo que Lexus planea lanzar en los próximos tres años. Uno que conocimos hace un tiempo cuando tanto Toyota como Lexus anunciaron el lanzamiento de una decena de modelos eléctricos antes de 2030. Con una nueva tecnología en baterías, una interfaz de realidad aumentada y tren motor eléctrico, el Lexus LX-ZC será un modelo real que llegue en 2026.
Con eso nos referimos a que inspirará un modelo de producción, porque en su estado actual es difícil ver como tanta tecnología está lista para los consumidores. No que eso vaya a detener a Lexus, porque de cualquier manera lanzarán al LX-ZC eléctrico para 2026, sea en la forma que ellos mismos consideren. Por cierto, LX-ZC significa Futuro Lexus catalizador de Zero Emisiones. Nos quedamos con la abreviación, gracias.
Aerodinámica berlina de tamaño medio
El Lexus LX-ZC eléctrico es un sedán más que se une a la tendencia de no ser un sedán sino un cupé de cuatro puertas con una larga caída de techo tras los pilares C y D. No que se noten esos pilares porque el concepto pareciera tener un techo flotante, pero allí están, lo prometemos.
Esa filosofía de simpleza provocativa hace que el LX-ZC sea una berlina sin demasiadas líneas agresivas, optando por formas más armoniosas a lo largo de la carrocería. Aun así, la marca de lujo no se contuvo a la hora de añadir algo de exageración, como en sus luces frontales y pliegues agresivos en la parte frontal, recordando a la parrilla trapezoidal que la marca insiste en poner en todos sus modelos.
Con 4.7 metros de largo, el LX-ZC es más pequeño de lo que aparenta. Es un “sedán ejecutivo” que vagamente evoca al LFA en su apariencia, pero con un coeficiente aerodinámico también por debajo del 0.2 cx. Piénselo como el reemplazo del IS y LC Coupé a futuro, más que un relevo al buque insignia de la marca, el LS.
¿Demasiada tecnología para ser cierta?
En su interior está la interfaz Arene OS que ya exploramos en el LX-ZL. Un detalle extra y es una función de “mayordomo”, la cual analiza las preferencias del conductor y hace que el vehículo se adapte a sus gustos. También está el volante futurista estilo Tesla que Lexus quiere implementar, doblegando sus esfuerzos con pantallas a cada lado de este con el tamaño de un smartphone, para administrar los controles estándar de un vehículo.
Un pequeño cuadro de instrumentos se ubica bajo el vidrio en la línea de visión, que es interrumpida por la masiva pantalla que ocupa ¾ del tablero. El toque final es el uso de bambú en algunas de las estructuras del interior, un detalle natural, elegante y que refleja el componente “sostenible” de este vehículo.
Innovación en baterías y construcción
No podemos irnos sin tocar su apartado tecnológico. Dirección electrónica steer-by wire, tracción integral DIRECT4, conducción autónoma (al menos nivel 3) e incluso una manera de jugar en línea con el volante del vehículo. Concepto que suena algo intrigante y a la vez se presta para desastres en el futuro.
El detalle final está en su construcción y baterías. Respecto a la primera, Lexus y Toyota trabajan en un modelo de ensamble del chasis conocido como “gigacasting”, que en esencia permite ensamblar la carrocería con tres piezas centrales que supuestamente aumentan la rigidez del vehículo, usando las baterías como su propio componente estructural.
Finalmente las baterías con estructura prismática, una forma de acomodar las celdas de energía que provee rigidez, mayor eficiencia energética y una presentación compacta que permite que el LX-ZC eléctrico y otros modelos de Toyota/Lexus tengan un bajo centro de gravedad; cortesía del espacio más pequeño que las baterías ocuparían.