El GP de Eifel de F1 que se corrió hoy en Nürburgring fue uno de los más especiales en la temporada por varias razones. Para empezar, Lewis Hamilton logró igualar el récord de 91 victorias establecido por Michael Schumacher hace 13 años. En segundo puesto llegó Max Verstappen quien a último momento se apoderó del récord de la vuelta, demostrando que tiene lo necesario para superar a Hamilton, pero las circunstancias siguen sin darse para que eso pase. Otra gran sorpresa de la jornada la dio Daniel Ricciardo, quien después de un pilotaje ejemplar se apoderó del tercer puesto, una posición que no lograba Renault desde 2011.
La largada del GP de Eifel en la F1 no dejó mayores sorpresas. Hamilton había largado segundo, detrás de su compañero Valtteri Bottas, seguido de cerca por Charles Leclerc y Alex Albon. Daniel Ricciardo empezó quinto, pero escaló rápidamente gracias a un buen inicio. Las cosas se mantuvieron igual hasta que en la vuelta 13 Bottas cometió un error y se fue de largo, un error que Hamilton aprovechó y lo adelantó sin piedad. De ahí en adelante al piloto finlandés lo persiguió una nube negra: perdió varias posiciones por el desgaste acelerado en sus llantas y, finalmente, en la vuelta 18 tuvo que retirarse por un problema de motor.
La odisea de Ricciardo
A partir de ahí, Max Verstappen y Daniel Ricciardo pelearon con intensidad para permanecer en el podio. Verstappen fue constante mantuvo la segunda posición toda la carrera. Ricciardo en cambio tuvo que batirse a duelo con varios pilotos para defender su puesto. Primero con Charles Leclerc, quien al inicio le plantó la cara por el cuarto puesto, pero el Ferrari no aguantó y quedó rezagado en la vuelta 9. Luego de eso, el australiano adelantó su parada en pits, cayendo al quinto lugar. Sin embargo, duró poco ahí y después de las paradas de Sergio Pérez y Lando Norris, retornó al tercer puesto. La parte tensionante vino cuando Pérez apretó el paso y comenzó a amenazarlo: si Ricciardo hubiese parado para cambiar sus neumáticos desgastados, hasta ahí habría llegado todo.
Cuando las opciones para Renault se acababan en la vuelta 44, ocurrió un golpe de suerte inesperado: el abandono de Lando Norris en la vuelta 45. Esto obligó la salida del auto de seguridad, garantizando así el podio para Ricciardo, pues le permitió parar por llantas suaves y terminar la carrera sin peligro de ser rebasado. El Racing Point de Pérez también paró, pero perdió la oportunidad de ascender en la tabla de posiciones, pues el auto de seguridad salió faltando solo 10 vueltas.
Los que no corrieron con suerte
Charles Leclerc demostró su talento al lograr pilotear un Ferrari desobediente en el GP de Eifel en la F1. Largó cuarto y logró mantener su puesto durante algunas vueltas, pero a la novena vuelta lo perdió frente a Ricciardo. Esa pelea lo dejó con los neumáticos desgastados, por lo que tuvo que parar y caer al penúltimo lugar. Sin embargo, logró regresar al cuarto puesto en la vuelta 31. Lastimosamente se repitió la escena anterior y, al finalizar la carrera, solo pudo llegar al séptimo lugar. Su compañero no pudo brillar en ningún momento. Sebastian Vettel largó y terminó en el puesto 11. Solo se hizo notar por un despiste mientras evitaba un choque contra Giovinazzi en la vuelta 11.
En la cola del grupo, un toque entre Räikkönen y Russell dejó al piloto de Williams por fuera debido a un daño en la suspensión. Al parecer el piloto finlandés lo empujó en la primera curva, por lo que le dieron una penalidad. Daniil Kvyat sufrió un golpe con Alex Albon mientras batallaban el puesto en la vuelta 14, causando banderas amarillas y daños en el Alpha Tauri. El último en salir de carrera fue Lando Norris, quien discutió con su ingeniero por la falta de potencia en su McLaren durante varias vueltas hasta que el motor murió. La ironía de las carreras: lo que es mala suerte para unos es la fortuna de otros.