De los creadores de “el dominio de Mercedes puede aburrir a los fans” llega “el dominio de Red Bull aburrirá a los fans”. A menos que usted sea neerlandés y respire humo anaranjado. La verdad sea dicha, Fórmula 1 es un deporte de jerarquías y temporadas como 2010, 2012 o 2021 donde la pelea por el título fue reñida son la excepción y no la norma. El rey actual es Max Verstappen, que marcó la pole para el GP de Austria, la pole del sprint y luego procedió a dominar esa carrera corta de los sábados.
Ni la lluvia pudo detener al bicampeón actual, porque la sesión sprint del GP de Austria sorprendió con condiciones bastante delicadas. Eso y los embates de Checo Pérez no le hicieron la vida fácil a Verstappen, que tuvo que trabajar fuerte para validar el dominio que actualmente posee sobre todos sus competidores en Fórmula 1.
El duelo de los toros al inicio
Si hay algo que logra la lluvia es darnos largadas electrizantes, y eso fue exactamente lo que recibimos en el inicio del sprint del GP de Austria. Checo no lo dudó y arremetió con toda contra su compañero, y aunque ambos se respetaron hubo un par de momentos en los que estuvieron cerca de arruinar su carrera, todo esto en la primera vuelta. Una sorpresa enorme fue Nico Hülkenberg, quien largó cuarto y aprovechó la batalla de ambos Red Bull para colarse en el segundo puesto. Y ahí se quedó un buen rato.
La batalla de ambos toros rojos también afectó al resto del grupo. Ambos Aston Martin se fueron largos pero mantuvieron su posición, Lando Norris cayó del tercero a décimo lugar (y fuera de los puntos del sprint), y los Mercedes-AMG tuvieron que remar desde atrás, al ser eliminados en Q1 y Q2. Otro que sorprendió fue Alex Albon, quien se lució en Canadá y vino a demostrar que ese desempeño no fue coincidencia, manteniendo la séptima casilla en su Williams.
La estrategia y la emoción
Mientras Albon hacía que su monoplaza fuera tan ancho como la pista y ambos Mercedes-AMG lograban rebasar a Kevin Magnussen, en el frente una batalla se cocinaba. Checo Pérez hizo que su Red Bull despertara y logró rebasar a Hülkenberg luego de un par de giros. Las desventajas de tener un Haas, y el problema para el alemán era Carlos Sainz que vino a arrebatarle ese elusivo podio. ¿Y al frente? Verstappen volando y marcando vuelta rápida tras vuelta rápida.
Dada la naturaleza del sprint, la duda surgió sobre un cambio de llantas intermedias a lisas. Con 8 vueltas para el final el riesgo lo tomaron unos pocos, entre ellos George Russell. La idea era la correcta, pero el tiempo no alcanzó para que la mitad de los pilotos, que apostaron por las gomas lisas, aprovecharan la ventaja. El único que logró escalar de nuevo a los puntos fue Hülkenberg, quien rescató tres puntos en sexta casilla.
Es más, el Haas casi alcanza a los Aston Martin, que finalizaron cuarto y quinto. Llantas lisas unas vueltas antes y quizá otra hubiera sido la historia. El podio del sprint en el GP de Austria tuvo a Verstappen en lo más alto, Pérez segundo y Carlos Sainz dándole fe a Ferrari en tercero.
¿Y la otra clasificación?
Antes de irnos, una breve mención de la clasificación para la carrera del domingo, porque el sprint ya no define la largada. Aunque hay que admitir, la FIA quería emoción en sus sprint y los tuvo. La pole de la carrera principal le pertenece a Verstappen (como raro), mientras Pérez fue rápido pero al exceder límites de pista fue relegado a Q2 porque sus tiempos fueron eliminados.
El segundo más rápido fue Charles Leclerc, que quedó a milésimas del Red Bull, aunque fue penalizado por impedir otros pilotos. Entonces en segundo partirá Sainz, seguido de Norris, Hamilton, Leclerc, los dos Aston Martin, Hülkenberg, Gasly y Alex Albon en décima casilla. Checo otra vez tendrá que venir desde atrás, partiendo decimoquinto.